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El chalé de los abusos

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

La vista oral del mayor proceso jamás llevado a cabo en España por presunta pederastia se ha convertido con el paso de los días en una retahíla interminable de testimonios de supuestas víctimas que coinciden en señalar el chalé de playa en la localidad grancanaria de Vargas como un auténtico infierno en el que los abusos sexuales a menores de edad estarían a la orden del día.

Cuentan los entonces niños -y recogen invariablemente Efe y Europa Press- que bajo el liderazgo de Fernando Torres Baena se cultivó un ambiente sectario en el que para mejorar en la práctica del Kárate era imprescindible someterse a tales abusos, siendo la edad habitual de iniciación un intervalo entre los 9 y los 13 años.

Tras ser presuntamente engatusados por Torres Baena, los iniciados pasarían a cumplimentar sexualmente de las otras dos acusadas, y esposa María José González y la también monitora Ivonne González, para finalmente mantener relaciones con otros alumnos con independencia del sexo y la edad.

En el caso de ayer destaca el testimonio de un joven que describe el proceso detallado con anterioridad, con el añadido de que el joven se ganó hasta tal punto la confianza del grupo que, siendo ya mayor de edad y dos años después de haber dejado la práctica de este deporte, fue contratado por Torres Baena para hacerse cargo de la web del centro. Según dijo, éste le comentó que se iría a Cuba si “salía a la luz” lo que ocurría en su gimnasio y en su chalé de Vargas, el chalé de los abusos.

[apunte]Testimonios

En el caso Kárate hay un total de 38 víctimas, de las que cuatro aún son menores de edad, por lo que se prevé que el juicio se prolongue hasta diciembre de este año. Estos son algunos de ellos.

El profesor de la primera denunciante aseguró que su alumna, la testigo número 1, le dijo que el gimnasio de Fernando Torres Baena, principal acusado, era una “especie de secta”.

El nº 7 detalló que el principal acusado “Me besó en la boca con 10 años o antes”. La primera vez que mantuvo contacto sexual con Torres Baena, en torno a esa edad, sucedió en el chalet de Vargas, cuando se despertó y vio que le estaba practicando una felación en la cama donde dormía.

Dos hermanas, testigos nº 13 y 14, aseguraron que sufrieron abusos sexuales por parte de Torres Baena una a los 13 años, cuando la penetró tras vendarle los ojos, y la otra, desde los 9, cuando la convirtió en “su juguete”.

El nº 22 afirmó que le “machacaba psicológicamente” y que tuvo relaciones con las dos acusadas y con otras cuatro testigos porque le obligaba Baena, quien le echó de Vargas cuando tenía 17 años porque no quiso mantener más.

El nº 18 explicó que Torres Baena trató de enfrentarlo a sus padres, algo que también han relatado otros denunciantes, y que su primera experiencia sexual fue con él, en el altillo del gimnasio: tocamientos y sexo oral.

El nº 22 participó en tríos, cuartetos y quintetos sexuales con los acusados.[/apunte]