Granadilla >

El último carpintero de ribera

José Gregorio ‘Goyo’ Martín, trabajando en su taller en el polígono industrial de Granadilla. / J. L. C.


JOSÉ L. CONDE | Granadilla

José Gregorio Martín es el último de una familia de carpinteros de ribera del Sur de Tenerife. Dice con orgullo que pertenece a la familia de los Melo, de Los Cristianos. En concreto, es la tercera generación, y probablemente con él se acabará de forma inexorable una vieja tradición.

José Gregorio, más conocido por Goyo, hace tiempo que abandonó su taller en Los Cristianos para establecerse en una nave del polígono industrial de Granadilla donde construye los barcos que le van encargando. “Siempre por encargo, no trabajamos estandarizados”, manifiesta orgulloso de su profesión.

Dice que el sector de la náutica está bastante afectado por la crisis pero que hay bastantes trabajos de mantenimiento. “Vamos escapando, comiendo y viviendo, nada más”, dice al ser interrogado sobre si su negocio es rentable.

Ahora está pendiente de construir una embarcación de 15 metros de eslora, con capacidad para 80 pasajeros que se dedicará a realizar excursiones marítimas por las aguas del Sur de Tenerife. Tardará más de 15 meses en acabarlo pero “nos salvará el año”, comenta, y además podré contratar a más empleados, que se sumarán a los cuatro que tengo”.

Aprendió con su padre

José Gregorio cuenta actualmente 48 años y a los 15 ya empezó a trabajar con su padre con el que aprendió este oficio. Desde entonces ha fabricado cerca de 30 embarcaciones, algunos de las cuales se dedican actualmente al avistamiento de cetáceos, excursiones marítimas o para la acuicultura.

“A mí me encanta navegar pero no tengo barco. Yo tengo amigos que sí lo tienen, que es lo bueno. Además, ya se sabe lo que dice el refrán de que una embarcación da dos alegrías: cuando la compras y cuando la vendes”, explica José Gregorio, que nos recuerda los gastos que supone un hobby de estas características. Actualmente está restaurando un yate de madera que fue construido de forma artesanal en su día en La Laguna, y que su nuevo propietario quiere realizar unas reformas que se adaptan más a su estilo y que se encuentra atracado en Puerto Colón. La temporada baja del turismo aqui en Canarias, los meses de mayo y junio, es aprovechada por los propietarios de las embarcaciones para llevar a cabo las tareas obligadas de mantenimiento, lo que da trabajo en el taller de este carpintero de ribera.

Esperanzas

Este artesano confiesa que no quiere que el oficio desaparezca y recientemente formó a dos alumnos de la escuela de pesca de San Andrés, a los que se exigían estas prácticas para poder obtener la titulación. “Los chicos están ilusionados y esperanzados de que salga el contrato con la embarcación de 15 metros para poder trabajar”, comenta.

“La verdad es que a mi hijo, cuando le preguntan en el colegio cuál es el oficio de su padre y cuenta que carpintero de ribera, sus compañeros se muestran extrañados”. Eso demuestra que que quedan pocos en esta profesión. “Mucha gente que cree que en la Península es donde mejor se fabrican los barcos y están equivocados”, señala José Gregorio, quien afirma que en Canarias hay muy buenos artesanos, electricistas, mecánicos, de todo. Pero al final se impone aquello de que “no serás profeta en tu tierra”, indica a este periódico.

El carpintero dice que este trabajo “te tiene que gustar. Hace años estuve en una fábrica de muebles y enseguida lo dejé porque no era lo mío”. Por esta razón cree que su hijo no continuará con esta tradición familiar, aunque de momento solo tiene 15 años de edad.

Ahora el deporte de la náutica está en horas bajas por la crisis, pero José Gregorio Martín apuesta por mantener su negocio y la tradición, que al menos le permiten “seguir escapando”.

[apunte]

Puertos deportivos

El deporte náutico es una de las asignaturas pendientes de Canarias y más en Tenerife, señala José Gregorio. “Estamos rodeados de agua por todos lados y prácticamente no hay astilleros en esta Isla. El más grande está radicado en Los Cristianos, tras el cierre del varadero de Santa Cruz”. Este es un sector, especialmente el referido a puertos deportivos, que no está explotado y que tiene muchas posibilidades.

[/apunte]