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Hacia una isla inteligente

El Observatorio del Roque de Los Muchachos atrae la base de este proyecto que abre un amplia gama de posibilidades en innovación. | DA

DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

La Palma ha sido históricamente una tierra abierta a las nuevas tendencias socioculturales. La inexistencia de una universidad, no le ha mantenido al margen de la investigación y la ciencia gracias, entre otras cosas, al Observatorio del Roque. En este marco, el proyecto Antares, que lidera el Cabildo, busca la transformación socieconómica de la Isla basándose en los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías.

La Palma aspira a convertirse en la primera “isla inteligente”, que sería la traslación de las llamadas smart cities al contexto geográfico insular. Al frente de este proyecto se encuentra el economista palmero Carlos Rodríguez, quien explicó que pese a tratarse de un concepto que está maduro en ciudades grandes, capitales de provincia, “no lo está en las islas”.

El movimiento smart partió de cuestiones muy sencillas o puntuales, como por ejemplo, introducir las telecomunicaciones para resolver problemas en servicios municipales como la basura, las averías de agua, ect. Poco a poco va evolucionando, hasta que se dan cuenta de que donde surgen más ventajas es al utilizar el mismo sistema. Es decir, en vez de que la policía, los bomberos y las ambulancias tengan cada uno su propia tecnología, hay una común para todos, respetando sus especificidades. “Esta transversalización de la infraestructura produce ventajas en la eficiencia y la calidad de los servicios”, comenta Rodríguez.

Hasta el momento nadie está desarrollando este modelo en Canarias y en Europa, aplicado a islas, está muy verde. “La Palma tiene las condicioness perfectas para convertirse en piloto”, aseguró el promotor, quien concretó que “la Astrofísica le da las condiciones a la Isla de tener telecomunicaciones, proyección internacional, etc, pero las empresas pueden estar interesadas en generar productos para prestar servicios aquí que luego pueden ser exportables, como por ejemplo la telemedicina”.

Carlos Rodríguez defiende para La Palma un modelo de smart island, en lugar de 14 smart cities, uno por municipio, que compartan tecnología. “Hay que aplicar inteligencia y tecnología para hacer más eficientes los servicios públicos y de más calidad”, agregó.
En esta línea puso como ejemplo la Junta de Castilla La Mancha, que tenía 14 consejerías y cada una de ellas su propio servidor. Ahora han creado un servidor en la nube y tienen mejor tecnología, más ahorro, porque cada servidor costaba 450.000 euros al año y pueden prestar más servicios.

Modelos como el de Castilla La Mancha se presentaron en las jornadas celebradas recientemente en La Palma sobre Territorios Insulares Inteligentes, en las que se puso de manifiesto que “invertir en tecnología hace a la Administración más eficiente y más dinámica”.

El economista palmero Carlos Rodríguez está al frente del Proyecto Antares, que lidera el Cabildo. | DA

Telemedicina

Este modelo en La Palma no es mera especulación y ya está dando los primeros pasos. Antares ha llegado a un acuerdo con la multinacional Cisco, que traerá durante seis meses a la Isla un proyecto piloto de telemedicina. Mediante un acuerdo con el Servicio Canario de Salud, el Hospital General de La Palma, los ambulatorios y el Hospital de La Laguna estarán en red, de manera que una personas en Garafía, desde su propio Centro de Salud, se le puede hacer un prediagnóstico, evitando de esta manera traslados innecesarios. En función de la gravedad del caso se enviaría directamente al Hospital o no.

La empresa ha estudiado que en San Francisco, ciudad donde tiene la sede central, el 75% de los traslados de a los hospitales generales se ahorran con esta tecnología. Aquí se gastan 8 millones de euros en desplazamientos de pacientes. Desde el punto de vista humano también ganaría ya que al paciente le seguiría atendiendo su médico y el equipo del hospital le puede hacer un seguimiento.

[apunte]Mismo empleo

La utilización de las nuevas tecnologías no tiene que representar la supresión de puestos de trabajo. Al menos así lo asegura Carlos Rodríguez, quien sostiene que “en la mayoría de los casos no suponen recortes de personal, salvo que lo quieras hacer”. “Lo que sí te permite -prosigue- es, con la misma gente, dar muchos más servicios al dedicar a los empleados a hacer otras cosas”. Uno de los sistemas en los que están interesados en La Palma es el de sensores que son capaces de detectar con gran precisión el lugar donde brota un incendio forestal. Eso significa que las personas que están en la torreta con unos prismáticos ya no son necesarios allí, pero sí se pueden emplear en otras tareas a las que no llega la tecnología.[/apunte]