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Jubilados y analfabetos, entre las víctimas de las preferentes


TINERFE FUMERO
| Santa Cruz de Tenerife

Es un hecho que ya se constata en buena parte del territorio nacional: la banca que colocó productos como las participaciones preferentes entre sus clientes no dudó en ofrecerlos a personas ya jubiladas, desvalidas e incluso analfabetas.

Así se deduce de los trabajos periodísticos efectuados por publicaciones como Interviú hace unas semanas y así se desprende de las intenciones anunciadas por la Fiscalía gallega, la primera del país en articular una acción civil conjunta por estos hechos.

Y tal y como se ha demostrado en numerosos juzgados de España, incluidos los tinerfeños, es la falta de información de los compradores de las participantes preferentes el vicio que anula su consentimiento dado a las entidades financieras. “En los juicios se comprueba cómo los propios representantes de los bancos tienen problemas para explicarle a los jueces en qué consisten las preferentes, y desde luego es la mejor prueba de que no se informó debidamente a los perjudicados”, explicaba en su día a este periódico el letrado tinerfeño Carlos Gómez, especializado en este tipo de casos.

Como caso extremo, apuntar el de la gallega que rubricó sus 6.000 euros en preferentes con su huella digital, tal y como adelantaba ayer El País.

Cabe recordar que las entidades financieras españolas emitieron y vendieron cerca de 30.000 millones de euros en participaciones preferentes a través de sucursales de cajas y bancos, en muchos casos hasta principios de 2011.

En la mayoría de las ocasiones eran los ahorros de toda la vida que pasaban a quedar condenados an una suerte de corralito, dado que el banco sólo recompra si quiere. En la actualidad se arbitran canjes.

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Perfiles tinerfeños

Perfil de clientes de un despacho tinerfeño afectados por las preferentes:

Varón de 85 años.
Actualmente tiene 89 y sufre Parkinson. Quería seguridad: 300.000 euros.

Soltera y trabajadora.
Tenía ahorros a plazo fijo. Le vendieron mejor rentabilidad: 50.000 euros.

Viuda de 71 años con minusvalía del 33%. Quería seguridad: 35.000 euros.

Mayor de 75 años e invidente. Le vendieron mejor rentabilidad: 300.000 euros.

Matrimonio de 76 y 77 años. Querían seguridad y les sacaron 50.000 euros.

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