GABRIELA GULESSERIAN | Los Realejos
Una difícil, ardua, pero también gratificante tarea, la de llevar las enseñanzas musicales a todos los rincones de la Isla. Este es el trabajo que durante 165 ha realizado la Filarmónica de Los Realejos, la banda de música más antigua de Canarias, fundada en pleno siglo XIX.
Ahora, luego de dos merecidos reconocimientos, como son la de Realejeros del Año en el acervo histórico y cultural (1991), otorgada por el Ayuntamiento, y la Medalla de Oro de Tenerife (2010), concedida por el Cabildo, la agrupación ha querido dar un paso más y solicitar a la Casa de Su Majestad el Rey el título de Real.
Para conseguirlo, sus responsables han comenzado a dar los primeros pasos, explica su presidente, José Gaspar Plasencia Febles. Enviaron un escrito a la Casa Real contándole la historia de la banda y, tras remitirle los requisitos que debían cumplir, decidieron “probar suerte”.
Para ello, solicitan adhesiones a las diferentes instituciones, administraciones públicas y colectivos para que avalen su propuesta. Hasta el momento, han superado la veintena y se plantean llegar hasta el Ministerio de Cultura.
“Este apoyo no es indispensable ni se incluye como una de las condiciones, pero creemos que es importante porque demuestra que la sociedad canaria está implicada”, subraya el presidente. La Filarmónica, que actualmente está integrada por 50 músicos, tiene 100 alumnos en su academia y unos 300 socios, deberá adjuntar toda la documentación propia de la banda para que se pueda valorar su situación económica interna y comprobar que sus cuentan están saneadas. Asimismo, en otro expediente se deben explicar los méritos obtenidos.
Sus integrantes son “optimistas” y creen que pueden conseguir todos los requisitos para presentar en septiembre toda la documentación requerida.
“Obtener este título sería no sólo importante para nosotros como banda de música, sino también para Los Realejos, ya que sería la primera entidad del municipio que lo conseguiría”, señala Plasencia Febles.
Impronta de los Machado
Los orígenes de la exitosa Filarmónica datan de 1847 cuando nació bajo el nombre de Sociedad Musical Filarmónica del Realejo Bajo, gracias al esfuerzo y a la encomiable labor del aristócrata tinerfeño Lorenzo Machado y Ascanio, precursor de este tipo de formaciones musicales, con hondas vinculaciones en la Milicia.