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La última línea de defensa frente a la exclusión social > Aurelio Abreu Expósito

El grupo parlamentario socialista, tanto en el Congreso como en el Senado, ha emprendido diversas iniciativas para solicitar al Gobierno de España que prorrogue la ayuda de 426 euros a los parados que hayan agotado sus prestaciones. Esta ayuda fue implantada por el anterior Ejecutivo socialista en septiembre de 2009 para paliar las dificultades que atraviesan los desempleados de larga duración, cuyo número ha crecido durante los últimos dos años. Esta prestación corre riesgo de ser liquidada por el actual Gobierno del PP, que usa su mayoría absoluta para arrasar sin miramientos con lo que haga falta con tal de ajustarse a unos planes de reducción del déficit que pasan por encima de las personas. Puede que 426 euros al mes parezcan una ayuda escasa, pero en estos momentos, para muchas familias, representan la última línea de defensa frente a la exclusión social.

Las condiciones adversas a las que se enfrenta la economía han derivado en una destrucción de empleo que, lejos de frenarse, avanza a un ritmo insólito, espoleada también por la reforma laboral del PP. En estas circunstancias, crece el número de personas que llevan en el paro más de dos años, y el de familias con todos sus miembros en situación de desempleo. El coste de no prorrogar esa ayuda excepcional acabará recayendo en las corporaciones locales, especialmente en los ayuntamientos, que son la primera puerta a la que acuden los ciudadanos cuando su situación se vuelve desesperada. Los servicios sociales de los ayuntamientos ya soportan una sobrecarga a la que, cada día, es más difícil hacer frente y, si se consuma la desaparición de la ayuda de los 426 euros, va a ir a peor, por no hablar del sufrimiento y la espantosa deriva que pueden tomar los acontecimientos en el plano social.

Además, debe atenderse a la perplejidad de los ciudadanos, a los que hay que explicarles que no hay dinero para atender esta necesidad (como no lo hay para Sanidad o Educación), pero sí hay 20.000 millones para evitar la quiebra de Bankia, bancarrota de la que nadie es responsable, según parece. Las prioridades de cada uno resultan más que claras. Todo lo más que pueden hacer los desempleados de este país es seguir el ejemplo de la ministra de Empleo, es decir, encomendarse a la Virgen, porque encomendarse a su Gobierno no les va a traer ninguna alegría.

*Vicepresidente del Cabildo Insular de Tenerife y consejero de Bienestar, Sanidad y Dependencia