Los cinco sentidos > José L. Conde

La vida está llena de coincidencias extrañas. La vida y la muerte. Ayer nos dejaba Manuel (Manolo) Iglesias creador de las páginas de Gastronomía en este periódico y de los Premios, que el pasado año cumplieron la XXVI Edición. En esta cita, Manolo Iglesias se refería a que el reto actual para los profesionales en Canarias es revalorizar los productos de las islas y el de los consumidores “es valorarlos más por la calidad que aportan y las señas de identidad que transmiten. No se puede pedir al público que consuma solo por patriotismo local, sino que hay que competir por la calidad”. Y esta propuesta, coincide también en el tiempo, con la del Gobierno de Canarias de alentar el turismo entre los propios isleños para capear el verano. Se trata, en definitiva, de valorar los productos que generamos en el Archipiélago y activar una economía tan necesaria en estos momentos. Y en ello trabajó intensamente recorriendo los restaurantes, tascas, pastelerías e industrias de las islas, y, sobre todo, informando a través del DIARIO DE AVISOS, lo que le valió en el año 1997 el Premio Nacional de Gastronomía, a la mejor labor periodística. Basta una mirada a la lista de reconocimientos para saber que estaba entre los mejores. Desde Xavier Domingo, por cierto uno de los primeros galardonados por este periódico, hasta José Carlos Capel o Cristino Álvarez (Caius Apicius) sin olvidar a los maestros Alvaro Cunqueiro o Néstor Luján. La filosofía de Manolo Iglesias era hablar de los buenos restaurantes y obviar a los malos porque no merecía la pena citarlos en sus crónicas. Había que poner en valor el esfuerzo que realizan nuestros restauradores para adaptarse a los tiempos. No cabe la menor duda que en este cuarto de siglo el panorama gastronómico ha cambiado radicalmente. Todavía hoy recuerdo los inicios de la página semanal de gastronomía, las ideas que surgían y la ilusión que ponía Manolo en una información que pocos medios de comunicación cultivaban más allá de publicar unas cuantas recetas tradicionales. Poco a poco nuestra sociedad fue transformándose hasta encontrarnos con el panorama actual. Hoy tenemos en Tenerife una estrella Michelin, los restaurantes han dado un salto cualitativo en su oferta, las tabernas han mejorado, los guachinches han mejorado sensiblemente, etcétera. Seguro que en este giro copernicano ha tenido algo que ver los cinco sentidos que puso Manolo Iglesias, compañero de tantas y tantas tertulias sobre gastronomía. Más el sexto, por su capacidad de anticipación a una información hoy irrenunciable en cualquier medio de comunicación.