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Los servicios sociales del Estado del bienestar > Ángel Llanos Castro

La Revolución Francesa de 1848 formuló las bases del Estado de bienestar, aunque el Gobierno de su II-República no lo consolidó debido a que las mejoras en la condiciones de vida, o en la propia organización del trabajo, no llegaron a desarrollarse. Para otros fue la legislación alemana de entre 1833 y 1889 su antecedente real, especialmente (y de forma paradójica) las medidas del gobierno del canciller Bismark, que pese a presidir un gobierno liberal-autoritario, superó a la socialdemocracia aprobando la primeras leyes del seguro obligatorio de enfermedad, de invalidez permanente cubierta por accidentes de trabajo y el primer sistema obligatorio de pensiones de jubilación.

Dirigir la política social de un Ayuntamiento como el de Santa Cruz de Tenerife siempre es una tarea complicada (en los últimos cinco años la ciudad ha tenido cuatro concejales de Asuntos Sociales), aunque con matices: no es lo mismo atender las necesidades de la población en épocas de crecimiento/descenso moderado, que en una profunda crisis económica como la actual, ya que los recursos públicos disminuyen de forma inversamente proporcional al incremento de las demandas de los ciudadanos. Por ello, la especial sensibilidad de los dirigentes políticos permite compensar en parte las carencias presupuestarias; y si esa sensibilidad se acompaña de una gestión sin ansias de protagonismo, discreta, directa y sin “fotos oportunistas”, merece reconocimiento público. Esta semana, en el barrio donde me crié (Ofra), tuvo lugar uno de los accidentes más tristes que se recuerdan, y en el que un niño de poco más de un año perdió la vida (que Dios le acoja en su seno). El concejal de Asuntos Sociales, José Manuel Arocha (del PSOE), atendió de inmediato la solicitud de ayuda de la familia y (sin entrar en detalles del ámbito privado) lo hizo desde un segundo plano, a través de los técnicos municipales (con un trato exquisito), ofreciendo opciones y alternativas, sin burocracia, respetando los deseos y creencias de la familia, y aportando ayuda material, técnica y emocional. Desconozco si Arocha es seguidor de la “Tercera Vía” de Anthony Gidden, en la que el Partido Laborista británico bajó su victoria en 1997 tras 18 años de gobierno conservador, y que pretendía (con éxito dispar) crear una “infraestructura de oportunidades” en lugar de redistribuir la riqueza (es decir, una posición intermedia entre el socialismo y el capitalismo). Pero de lo que no hay duda es que es un político que, con el ejemplo de la semana pasada, demuestra saber compensar, con discreción, la carencia de recursos públicos con una especial sensibilidad hacia quien necesita ayuda.

*Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz