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Manuel Iglesias y el Plan de Gastronomía > Ricardo Melchior Navarro

La repentina desaparición del periodista Manuel Iglesias García, la pasada semana, ha dejado un hondo vacío en la sociedad tinerfeña. Su fallecimiento lejos de las Islas, en Málaga, donde se hallaba por motivos laborales, ha generado un caudal de muestras de pesar ante la pérdida de un hombre admirado por todos, tanto por sus virtudes personales como por su trayectoria profesional. Destacadas figuras del periodismo y la gastronomía han coincidido en valorar las capacidades que hicieron de Manuel Iglesias un auténtico referente en el campo de la comunicación, singularmente en todo lo relacionado con la restauración y la cocina.

Profundo conocedor de la realidad canaria, fruto del contacto con las gentes isleñas y del estudio de nuestras peculiaridades, reforzado por el amor a su tierra natal, en Iglesias hallamos al periodista riguroso y cabal en el tratamiento de la información. Y gracias a esa capacidad, indispensable en dicho ejercicio profesional, también al columnista atinado y juicioso en la observación de la actualidad. Su sección habitual en las páginas del DIARIO DE AVISOS, bajo el encabezado La columna, cumplía con creces la función exigible a un espacio de opinión seria, como fuente para la reflexión y el contraste. Los lectores de sus artículos, ya le echamos en falta el pasado domingo.

Sin embargo, esa ausencia se hace aún más latente en el campo del análisis y la difusión de nuestra gastronomía, donde adquirió carácter de personalidad, como quedó de manifiesto con las distinciones que le fueron otorgadas con el paso de los años. Pero la inquietud por esta faceta de la cultura popular, lejos de ceñirla a lo que hubiese sido su legítimo disfrute privado, supo volcarla en beneficio de la comunidad. Sirva como ejemplo la iniciativa, organización y desarrollo de los premios anuales concedidos por la empresa donde trabajó durante 36 años, que con muy buen criterio llevarán su nombre en adelante.

Convencido también de la necesidad de valorizar dicha actividad, el Cabildo de Tenerife puso en marcha, hace ya más de una década, el Plan Insular de Gastronomía, bajo la premisa de potenciar la cocina isleña y la restauración como atractivos turísticos, entre otros fines. Y contamos para ello con la participación fundamental de tres periodistas expertos en la materia, Manuel Iglesias, José H. Chela y José Carlos Marrero, sabedores de la importancia capital que tendría la comunicación en el éxito de aquella iniciativa. Los tres reunían todas las capacidades necesarias para elevar nuestra gastronomía hasta la posición que hoy ocupa en la Isla. Sin duda, fue todo un acierto.

La tarea emprendida por Iglesias, Chela y Marrero, con el apoyo y la colaboración de profesionales en otras disciplinas (la restauración y los vinos, la agricultura y la ganadería, el turismo y la comunicación o la formación), ha servido para establecer un antes y un después en nuestra gastronomía. Así nos lo han hecho saber reputados especialistas nacionales e internacionales, con quienes hemos tenido la oportunidad de repasar la singladura de este plan, que incluso sirve como pauta de actuación en otras administraciones públicas.

Desgraciadamente, dos de sus valedores ya no están entre nosotros. A la desaparición de José H. Chela, en marzo de 2008, se une ahora, en circunstancias muy parecidas, la de Manuel Iglesias. Pero uno y otro nos dejan un capital de valor incalculable: su trabajo decidido para impulsar la gastronomía isleña, no sólo como atractivo turístico, sino también como seña de identidad cultural, mediante la mejora en ámbitos como la formación, el consumo de nuestros productos y el auge del sector primario. Estamos convencidos de que la mejor manera de reconocer esta ingente labor pasa por proseguirla bajo los mismos principios de tesón, calidad, ilusión e innovación que ha caracterizado a sus autores.

*Presidente del Cabildo de Tenerife