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Rivero y Barragán asumen el liderazgo de CC con una mayoría ajustada

Paulino Rivero, que ha sido elegido hoy presidente de Coalición Canaria (CC), saluda junto a su equipo durante la celebración del 5º Congreso Nacional de Coalición Canaria. / DA

D. N. M. – B. A. | Santa Cruz de Tenerife

El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y su hombre de máxima confianza de la organización de Fuerteventura, José Miguel Barragán, asumieron ayer el liderazgo de Coalición Canaria (CC) con una mayoría ajustada. El primero como presidente representativo y el segundo como secretario general, con todo el poder ejecutivo.

Un sector de Tenerife más las tres islas de la provincia de Las Palmas, dieron la victoria, con el 56,26% de los votos, a una única candidatura, rechazada por La Palma de Antonio Castro y los alternativos tinerfeños de José Miguel Ruano, Ricardo Melchior, Fernando Clavijo, Ana Oramas y Manuel Hermoso.

El V congreso de CC finalizó ayer con un sabor agridulce para las dos facciones evidenciadas durante las dos jornadas de debate. Dos modelos de entender el partido y de ejercer la política que no supieron hallar puntos de encuentro. La posibilidad del consenso se volatilizó, el pasado sábado por la noche, en los trabajados desarrollados en la ponencia para definir la estructura del partido. Ganó la opción de Rivero, Barragán y Gran Canaria para crear una secretaría general y definir a la presidencia como un cargo representativo. Ayer, el 71% de los 879 compromisarios presentes apoyaron la nueva estructura.

Pero entre los votos negativos, se concentraron dirigentes tinerfeños muy significativos como el expresidente canario, Manuel Hermoso; la portavoz de CC en el Congreso, Ana Oramas; el presidente del grupo parlamentario regional, José Miguel Ruano; el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior; y el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo. Todos compartían la opinión de que Paulino Rivero debía dedicarse en exclusiva a sus tareas como jefe del Ejecutivo regional.

Aprobada la nueva estructura y descartada una candidatura alternativa, Paulino Rivero y José Miguel Barragán encabezaron una lista, en cuyo núcleo no están los críticos, salvo la inclusión de la Agrupación Herreña de Independientes (AHI), ausente del cónclave.

Ante este escenario, Ricardo Melchior, en base a los nuevos estatutos, pidió la votación secreta para “garantizar plenamente la libre expresión” de todos los compromisarios, tal y como argumentó. Tras reunir más del 20% de los apoyos de los comisionados, los 862 delegados presentes en el plenario depositaron sus votos en tres urnas diferenciadas. La única plancha presentada fue secundada con 485 votos, el 56,26%. Las papeletas negativas llegaron a la cifra de 355, el 41,18%. Las abstenciones fueron 18 (2,08%) y cuatro votos nulos. Así terminaban unas jornadas en las que, en 48 horas, se produjeron muchos cambios en una organización que le cuesta asimilar las variaciones.

Por primera vez se llegó hasta el final sin que se impusiera el consenso entre las organizaciones insulares. Se estrenaron en el ejercicio de las votaciones secretas. Se optó, con el apoyo de la mayoría, por una estructura orgánica al estilo de Convergencia i Unio, donde Artur Mas es presidente del partido y de la Generalitat de Catalunya, y se trasladó la crisis de Tenerife a una conferencia nacional. Antonio Castro tampoco fue capaz de convencer.

Consciente de estos hechos, José Miguel Barragán, tras ser nominado como el primer secretario general de CC, hizo una llamada al entendimiento. Aseguró ser conocedor de que tiene que ganarse la “confianza” de los críticos. Se comprometió a trabajar por la consecución de este objetivo y a “demostrar que estamos a la altura” de las circunstancias, tal y como aseguró.

“Aquí no hay ninguna noche de cuchillos largos, no esperen represalias a ningún tipo de actitudes que puedan entenderse como que el congreso no acaba”, advirtió el secretario general.

José Miguel Barragán afirmó que la crisis es tan importante y sus consecuencias tan complejas que “no voy a tener tiempo” para las revanchas. Para el dirigente de CC, el V congreso ha optado por un cambio de modelo de partido importante y es en este contexto de “incertidumbre”, donde se explican las desavenencias suscitadas.

Tras reconocer que ha pensado dejar la portavocía del grupo parlamentario para dedicarse en exclusiva al partido, Barragán desechó la posibilidad de hablar de división orgánica y de incapacidad manifiesta para llegar a un consenso.

El secretario general respondió, en reiterados momentos, que la evidencia es que existen dos formas de entender la estructura de CC. “Hay gente que tiene el temor de que tengamos la tentación de deslizarnos hacia las formas de los partidos estatalistas”, agregó, pero “no va ser así, las islas son importantes”. En su opinión se pueden “conjugar perfectamente las Islas y el Archipiélago”. Para el secretario general, el nuevo modelo “no es negativo para crecer”.

Una de sus primeras propuestas: revisar el pacto electoral con el CCN de Ignacio González.

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Rivero: “Mis vanidades políticas están cubiertas”

El jefe del Ejecutivo regional y desde ayer, otra vez, presidente de CC, Paulino Rivero, interpretó la división producida en el congreso como un ejercicio “trasparente de democracia interna”.

Rivero declaró que el cambio aprobado, con el voto mayoritario de los compromisarios, es un “salto espectacular” desde el punto de vista orgánico. En su opinión “no es fácil ir modificando la estructura para adaptarla a una nueva necesidad, más cohesionada, más fuerte, más sólida y que nos sirva para hacer país”.

Rivero aseguró que “he accedido” finalmente a estar en la candidatura de un José Miguel Barragán, a quien calificó como una persona “con una enorme capacidad de trabajo”. Es el hombre, recalcó, para conducir Coalición Canaria. El secretario general, insistió, “era el hombre y, por eso, estoy” como presidente representativo “apoyándole moral y testimonialmente” con el objetivo, continuó, de “ganar” las elecciones autonómicas en 2015.

Al ser cuestionado por las críticas recibidas por su excesivo protagonismo y la incredulidad suscitada por el carácter representativo de su cargo orgánico, Rivero rechazó estas críticas con la justificación de que “tengo una tarea muy dura” como presidente autonómico.

“Mis vanidades políticas están cubiertas”, añadió el sustituto de Claudina Morales en la presidencia orgánica. Recordó que se ha modificado la estructura para optar por otra similar a la del PP de Mariano Rajoy y a la de CiU de Artur Mas.

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