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Pobrecitos solidarios > Francisco Pomares

Después de una extraña y ominosa resistencia a cumplir un acuerdo del propio Parlamento, la Mesa de la Cámara hizo por fin público los sueldos de sus señorías, que se mueven entre los casi 6.000 euros que cobra el presidente Antonio Castro, y los más de 3.500 que reciben los cincuenta diputados con exclusividad; es decir, más del ochenta por ciento de los que componen la Cámara. Coincidiendo con la publicación de los sueldos, la Mesa ha anunciado que sus señorías se bajarán las retribuciones un cinco por ciento a partir de julio, en solidaridad con los funcionarios de la Comunidad, a los que -también a partir de esa fecha- se les va a someter a la misma reducción, dentro del paquete de medidas para sanear las cuentas que el Parlamento aprobará probablemente hoy.

Pero hay trampa: a los empleados públicos la rebaja se les aplica -en una medida legalmente discutible- con retroactividad al 1 de enero, con lo que se transforma para este año y a la zorruna en una rebaja del diez. Para los diputados no hay tal retroactividad. La solidaridad que se imponen sus señorías suma justo la mitad de la que se impone a los empleados públicos. Y es que la solidaridad bien entendida de sus señorías empieza por ellos mismos.

Antonio Castro alega que la retribución de los diputados se ha reducido el treinta por ciento, y que alcanza los niveles de hace diez años. No sé de dónde saca el presidente esas cifras, pero a mí no me salen las mismas cuentas, ni siquiera incorporando la escandalosa subida del diez por ciento que aprobó la Mesa cuando en todo el país comenzaban las rebajas, los despidos y los ajustes. Menos aún salen las cuentas si se suman las dietas, que sólo se han rebajado -otro cinco por ciento- a la Mesa y a los portavoces y que van desde los 180 euros diarios del presidente a los 90 de la tropa, y se devengan por asistencia a plenos, comisiones, ponencias, reuniones, viajes, conferencias, actos parlamentarios… Algunos miembros de la Mesa y la Junta de Portavoces superan los 3.000 euros en dietas al mes. Y hay otra, que no aparece en las cuentas: los grupos parlamentarios reciben del Parlamento, en función del número de diputados que los integran, una subvención para su funcionamiento, y hay grupos -me consta en el caso del Grupo Nacionalista- que reparten entre los diputados parte de esa subvención, a ochocientos euros por escote, sin necesidad de que tengan que justificar nada, ni incluir el ingreso en la declaración de la renta. Son casi diez mil euros más al año, de los que no habla nadie.