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Sinfonía territorial, ‘opus prima’ > Ramiro Cuende Tascón

Hace unos días escribí aquí en la columna de mis soliloquios, uno titulado Territorio sinfónico. Guarda relación con un ensayo mío anterior llamado igual, en el que relacionaba la música con el territorio, concretando algo más, con el nuestro, Tenerife, Canarias y la Macaronesia, con una bella sinfonía. Como se sabe éstas se componen de varios movimientos, soy de los que cree que la sinfonía probablemente alcanzó su madurez con Ludwig van Beethoven. Beethoven en su sexta sinfonía rinde homenaje a la naturaleza, la única que compuso con cinco movimientos, cada uno con su título descriptivo. Me viene que ni al pelo para copiar bien.

Para Canarias el territorio, en el que viven su naturaleza y su paisaje, es su más excitante activo, un tesoro. Un valor que, aunque no lo hemos volado por los aires, con toda seguridad, no lo hemos entendido ni atendido como merece. Entre otras cosas, por la falta de responsables con criterio habilitante. Lo cierto, aunque duela, es que no hay conciencia de la importancia que tiene en la actualidad su correcto procesado.Tenemos de todo, como en botica. Leyes de todo tipo y color, consejería del ramo, concejalías a diestro y siniestro, políticos urbanizados y urbanistas politizados, asesores, subasesores, legisladores, copiones, expertos, coordinadores, empresas públicas con sus expertos y pagadísimos directores generales, desurbanistas, ordenadores, planificadores, empresarios, promotores, artesanos, equipos de todo tipo, arquitectos, ingenieros, hasta comisionistas. Es más, incluso personas que piensan a las que no se las escucha. No me olvido, y usted y ustedes, de los animales, ni de los seres humanos, lo principal. Pretendo llamar la atención sobre la necesidad de poner algo de orden frente a tanta lentitud y tanto desorden. Frente a tanto desconcierto, una sinfonía que desarrollaré en cinco artículos. Para que suene la sexta sinfonía se necesita una orquesta como manda el boe, y una vibrante partitura.

Le describo mi territorial, sinfonía Opus Prima Sensorial, compuesta de cinco movimientos, como la del señor sordo que parecía oír. Estos son: el primero Acupuntura o despertar de alegres sentimientos al llegar al campo (allegro ma non troppo), el segundo Economía o escena junto al arroyo (andante molto mosso), el tercero Sostenibilidad y animada reunión de campesinos, en allegro. El cuarto Territorio. Relámpagos. Tormenta, también en allegro, que falta hace. Y, el quinto, el ¡Todos!, himno de los pastores, un allegretto solemne con coros y solistas. Él la subtituló Recuerdos de la vida campestre, yo esta mi primera sinfonía la titulo Territorial. Mientras escribo recuerdo a Manolo Iglesias. ¡Qué poco dura esto, y cuánto tiempo perdemos en naderías! Iglesias García, un hombre circunspecto y preciso, amigo de sus amigos, disfrutaba y hacía disfrutar. Compartía sus pasiones -la gastronomía y el periodismo-, paladeaba la vida, saboreaba sus manjares por doquiera que fuera. Sé que sigues de viaje ¡Nos vemos a la vuelta!