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Sobrevivir al paro

[apunte]El gasto familiar se reduce y los sindicatos reconocen la desesperación que se apodera de las familias palmeras. | CÉSAR BORJA (ACFI PRESS)[/apunte]

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

El Cabildo de La Palma espera, sin un horizonte temporal definido y sin garantías, la respuesta del Estado frente al acuerdo institucional que pide la recuperación de la inversión en políticas activas de empleo, en un intento, casi desesperado, de atender a los miles de parados palmeros que ya no cobran la prestación por desempleo y que están a punto de agotar las ayudas familiares de 426 euros.

Aunque ninguna Administración es capaz de concretar esa cifra, la Unión General de Trabajadores, por boca de su responsable insular, afirma que sólo en Santa Cruz de La Palma el número de personas que se encuentran en esta situación se sitúa en torno a las 1.900, un 33,2% de los parados del municipio, que ya suman 5.713. Pese a las subrayadas virtudes de la estructura económica de La Palma y sus posibilidades futuras de desarrollo, la falta de inversión, los efectos de la crisis económica y el consiguiente crecimiento del paro, constituyen una ecuación que arroja un saldo negativo para la Isla y que sólo podría verse reducido temporalmente con una inversión en empleo activo que se ha visto reducida el 57%.

Esa reducción constituye una de las pocas coincidencias que administraciones locales, sindicatos y patronal mantienen en sus respectivos discursos, de los que emanan la incertidumbre y la preocupación por el sustancial recorte de una partida que en 2011 permitió una inversión sólo en este ámbito y a través de los 14 ayuntamientos y el Cabildo de nada menos que 13 millones de euros.

Los sindicatos alertan del gran riesgo de exclusión social de muchas familias

Un nuevo tijeretazo que impedirá la contratación de más de 1.500 parados de larga duración, que peregrinan regularmente a las oficinas de empleo y a las delegaciones de las organizaciones sindicales para pedir ayuda con desesperación, conscientes de que “el contrato de seis meses, a través del Instituto Canario de Formación y Empleo (Icfem), como otros años, no parece que vaya a llegar”.

Sin cobertura

Como ejemplo de la cobertura laboral que venía prestando el Servicio Canario de Empleo del Gobierno de Canarias en virtud de las transferencias estatales, se puede señalar que hace cuatro años se invirtieron en La Palma algo más de nueve millones de euros en políticas activas de empleo, cantidad que permitió el desarrollo de 150 proyectos gracias a los cuales se formaron y emplearon a 1.572 personas, 612 a través de programas de colaboración con corporaciones locales, y otras 212 a través de escuelas taller y otras modalidades formativas.

Este balón de oxígeno, de momento, ha dejado de existir y las autoridades políticas insulares y locales, extraoficialmente y pese a la rogativa del Cabildo al Estado, dudan incluso de que el Gobierno central conteste la que, tras largas conversaciones entre el grupo de gobierno y el Partido Popular, en la oposición, tomó forma de acuerdo institucional en la última sesión plenaria.

No hay fondos para los contratos de seis meses en proyectos locales e insulares

Todas las partidas de políticas activas destinadas a la mejora de la inserción y ocupación de los desempleados sufren recortes. Las organizaciones sindicales recuerdan sorprendidos que “todo lo contrario ocurre con los capítulos que incluyen asignaciones económicas para subvencionar las bonificaciones a la contratación”, lo que les lleva a afirmar que “revela una apuesta muy clara a favor de los intereses de la patronal a costa de recortar en los derechos de los trabajadores”.

Los sindicatos alertan de la gravedad de la situación. En el caso de la Federación de Trabajadores de Comisiones Obreras contemplan “con gran alarma la situación actual de la isla con referencia a los niveles de paro que se están alcanzando”, con 11.050 parados en mayo, “así como las políticas de formación y empleo que desde las distintas instituciones se vienen realizando que como se demuestra, sólo han conseguido la constante subida de parados en La Palma”.

El Consejo de Formación y Empleo de la Isla, reunido semanas atrás para abordar la adopción de medidas sobre el preocupante crecimiento del paro, sobre todo en lo referente a aquellos desempleados que ya no cobran ningún tipo de prestación, ha permitido poner sobre la mesa la necesidad, recogida en el acuerdo institucional del Cabildo, de tener en cuenta las particularidades de La Palma en el mercado laboral a la hora de plantear las ahora hipotéticas acciones formativas.

Resistiendo

El secretario insular de Comisiones Obras, Francisco Arrocha Ferrer, explicó que “muchos palmeros estaban resistiendo este momento terrible gracias a estos meses, realizando estos programas, que con la actual reducción de presupuestos, no podrán hacer”.

“Entre el dinero que percibían por esto y las ayudas familiares se iba tirando”, reconoce, “pero ahora mismo, ya no todo el mundo dispone de esa ayuda familiar ni de otra ayuda, y se encuentran sin ninguna otra entrada de dinero, por lo que el drama familiar creemos que empeorará calamitosamente”.

Motivo de nerviosismo

Esa desesperación entre los parados de larga duración es también motivo de nerviosismo para los responsables insulares de la Unión General de Trabajadores, que están buscando fórmulas para llevar a los plenos locales peticiones para combatir el crecimiento del número de parados y alternativas a la probable y temida eliminación, a partir del próximo 15 de agosto, de las ayudas familiares.

Desde el inicio de la crisis económica en el año 2008, en septiembre, la tasa insular del paro ha aumentado el 33%, lo que más allá de los fríos términos porcentuales se traduce en un total de 3.651 personas que han perdido sus puestos de trabajo y que ha dejado de ser potenciales consumidores, con repercusión en la demanda interna.

[apunte]Raquel y Álvaro

Los parados de larga duración prefieren “no salir en la foto” para “poder decir lo mal que lo estamos pasando”. Raquel y Álvaro, sin trabajo y sin paro y padres de dos hijos tienen de momento la ayuda familiar, que les permite “pagar los 400 euros de la hipoteca”. La comida llega de casa de los padres de ella. “Cuando mi madre va a la compra la hace doble, y un hermano mío y otro de Álvaro nos dan cien euros al mes para que vayamos tirando”. Asegura Raquel que “no me preocupan los gastos superfluos, porque podemos pasear o ir a la playa con los niños, pero es duro que tu hija de 12 años tenga que ser la que te consuele y sea consciente de que las cosas se pueden poner peor”.[/apunte]