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Trabajan en una vacuna que evite que los obesos recuperen peso tras una dieta

EFE | Madrid

Bloquear o eliminar la acción de una determinada hormona (ghrelina) del estómago puede evitar que las personas obesas ganen peso tras hacer dieta, una vía que está dando resultado en animales y que, en el futuro, puede acabar en vacuna.

Según el responsable de esta investigación y jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Clínico de Santiago, Santiago Casanueva, el 23% de los adultos y casi el 20% de los niños sufre obesidad en España, lo que implica un aumento de la mortalidad cardiovascular, hipertensión, alteraciones articulares y diabetes mellitus tipo 2.

Casanueva, junto al director de programas de investigación en epidemiología del cáncer del Instituto Catalán de Oncología, Xavier Bosch, han recibido hoy el Premio Investigación Preclínica 2012 y el Premio Investigación Clónica 2012, respectivamente, concedido por la Fundación Lilly.

Según han explicado, la dotación de la distinción -100.000 euros para cada uno- se dedicará exclusivamente a reforzar sus trabajos de investigación.

En rueda de prensa, Casanueva ha apuntado a que las personas obesas suelen recuperar, en dos o tres años, los kilos perdidos, por lo que el “quid” es saber qué mecanismo dispara “la reganancia”.

Y ahí entra el papel que desempeña la hormona ghrelina: aumenta el apetito y preserva el tejido adiposo, y cuando un paciente obeso adelgaza, los niveles de la misma aumentan en sangre.

La pregunta es: “¿la ghrelina hace fracasar el tratamiento a largo plazo de la obesidad?”, una hipótesis que el equipo de Felipe Casanueva intenta despejar con ratas de laboratorio, eliminando dicha hormona de su sangre.

El siguiente paso es diseñar una vacuna y probar su eficacia en el bloqueo de la acción de la ghrelina. “Los datos pilotos indican que sí lo estamos logrando”, ha dicho.

Otra línea de investigación vincula la obesidad con el cáncer -algo confirmado epidemiológicamente-, pero cuya causa se desconoce.

Y, por último, Casanueva ha explicado que determinados tipos de bacterias en el intestino aumentan los niveles de ghrelina, un dato que puede resultar relevante.

“Por ejemplo, las ratas que hicimos estériles (limpias de bacterias en el intestino), se les introdujo bacterias de animales obesos y, al final, desarrollaron obesidad”.

Eso supone que hay que conocer “a estos acompañantes permanentes que hacen más fácil la digestión y digieren productos que nosotros no podemos. Su papel en el futuro va a ser muy importante”.

Por su parte, el profesor Bosch dedicará los 100.000 euros del premio de la Fundación Lilly al desarrollo de una decena de líneas de investigación relacionadas con el Virus del Papiloma Humano (VPH), incluido un “empujón” para un laboratorio especializado en infecciones y cáncer.

Respecto a las vacunas, Bosch ha subrayado que espera resultados de nuevas vacunas que incluyen más tipos oncogénicos.

“Si los resultados son satisfactorios, la protección frente al cáncer de cérvix pasaría de ser de un 70% a cerca de un 90%”.

Los trabajos epidemiológicos de Bosch permitieron establecer una asociación causal entre el VPH y el cáncer del cuello de útero, lo que hizo posible desarrollar una vacuna especifica contra dicho virus.