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Tremendo calor, tremenda romería

Fotos: Javier Ganivet


TINERFE FUMERO | La Orotava

Qué bueno cuando llega la de Tegueste, qué bien se pasa en la de San Benito, pero cuando llega La Orotava llega la madre de todas las romerías que se celebran en Tenerife.

Unas 35.000 personas, entre participantes y asistentes, se congregaron este domingo en la Villa para poner punto final a unas fiestas patronales que tiene su colofón con este homenaje a San Isidro Labrador y a Santa María de la Cabeza, que se lleva a cabo con el actual formato desde 1936 y con el Liceo Taoro y el propio ayuntamiento como referentes organizadores.

Por no faltar a la cita no faltó ni el calor, que superó las previsiones iniciales para convertirse en otro protagonista más del evento.

Será por el aumento en la ingesta de líquidos característica de las fiestas, pero a a las seis de la tarde sólo había constancia de un buey que no resistió tan altas temperaturas y se desmayó, aunque luego se recuperase y continuara camino como una más de las 84 carretas y otras tantas parrandas que, tal y como ocurrió el año pasado, bordearon la plaza de la Constitución y pasaron delante del Taoro en un paseo que se prolongó hasta pasadas las ocho de la noche para jolgorio de los presentes.

Apuntar que la presencia de ganaderos y labradores fue ingente como es habitual, siendo no pocos los llegados desde otros puntos de la geografía insular.

La zona fue, durante toda la jornada, un constante ir y venir de personas, especialmente durante la mañana y al mediodía para luego decaer al final de la tarde y reactivarse posteriormente, que anoche se cerraban los bailes en la zona del Puente. Sin duda, La Orotava tiene un gran reclamo con su romería.

Justo antes se produjo, como es propio de las romerías, el homenaje a los santos patronos, llevado a cabo tras la celebración de la misa frente a la Casa de los Balcones.