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Unos 170 menores reciben ayuda psicológica en las aulas de Granadilla

La concejala de Educación, Sara Cano, junto al coordinador de servicios de la Policía Local, Pedro Donate. / DA

VICENTE PÉREZ | Granadilla de Abona

El futuro de un pueblo está escrito en su infancia y en su juventud. Así lo cree la comunidad educativa de Granadilla, pues cuenta con un programa de ayuda a los menores con problemas, promovido y financiado por el Ayuntamiento, para ayudarles a no caer en el desánimo, el fracaso escolar, el absentismo, la drogadicción o la delincuencia.

En este curso recién terminado se han detectado en colegios e institutos de enseñanza públicos unos 170 casos de adolescentes que han requerido atención. El mensaje es positivo: con la ayuda adecuada en el momento oportuno, es posible enderezar no sólo su rumbo académico, sino el de su vida en general.

El servicio, en el que el Consistorio emplea 50.000 euros, se denomina Grupo de Atención a Familias (GAF), cuenta con un psicólogo por cada uno de los cuatro institutos de Secundaria, más un coordinador, y de su prestación se encarga la empresa Innovart, adjudicataria de esta labor por concurso público.

“Se trata de un proyecto integral único en Canarias”, explica la concejal de Educación, Sara Cano, “pues cuenta con profesionales que actúan in situ, y con sesiones con el alumno y su familia, por separado, pero también conjuntas”. La edil precisa que la mayor parte de los adolescentes atendidos presenta problemas de comportamiento (47,26%), seguido de los emocionales, como ansiedad o depresión (30,14%), familiares (13,01%) y las dificultades para tener relaciones sociales (6,16%).

El perfil de los jóvenes atendidos varía en función del sexo. En el caso de los chicos, se trata de un adolescente con problemas de comportamiento disruptivo o desafiante, tanto en el aula como en su ambiente familiar, de 13 o 14 años, y que cursa 1º o 2º de la ES0. En el caso de las chicas, se trata de una adolescente de 15 años, en 4º de la ESO, y con problemas en el estado de ánimo.

El servicio se ha granjeado una buena aceptación entre profesores, padres y alumnos como prueba el hecho de que en 55 casos han sido las propias familias las que han pedido este auxilio para sus hijos, y en 20 casos han sido los propios menores los que han demandado ayuda.

Cano: “Los niños no deben pagar la crisis”

La crisis económica que afecta a muchas familias se acaba notando en la escuela. Por eso, Sara Cano está convencida de que el grupo de psicólogos del GAF “es ahora más necesario que nunca; es un servicio prioritario, porque los menores no deben pagar las consecuencias de la crisis”. De hecho, anunció su intención de que este servicio se amplíe a Primaria. A su juicio, la mala coyuntura económica “profundiza los problemas al menor allí donde ya existían en el seno familia”, pues, además, “la crisis se nota también en la falta de valores éticos en la sociedad, algo que absorben los menores”. De forma paralela al GAF se desarrolla el programa de prevención del absentismo, en el que interviene la Policía Local con intervenciones en los colegios a la hora de entrada a clase, y en los domicilios paternos para recordar a la familia del alumno la normativa. Así lo explica el coordinador de Servicios de la Policía Local, Pedro Donate, para quien “todo lo que se haga para la prevención es bueno, porque se evitan así que estos jóvenes se conviertan en delincuentes en el futuro”.

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Todos los datos

Más chicos que chicas. Los alumnos varones atendidos constituyen el 60,28% del total (88 casos), frente al 39,72% de alumnas (58).

Edad crítica: 15 años. Es la franja con más casos (36), seguida de los 14 años (32) y 13 (23). En las alumnas, la media de edad es de 15 años, mientras en los alumnos es inferior, 13,8 años.

Distribución por niveles. La mayor parte de los casos corresponde a alumnos de 1º y 2º de la ESO, con 35 atendidos en cada nivel. En Primaria se han detectado 11, en Bachillerato otros 11 y en ciclos formativos y programas de cualificación, 10.

Síntomas. Se aprecian diferencias de género. Los chicos muestran, de manera significativa, mayor indisciplina en el aula, con un conducta desafiante hacia profesores y padres, e impulsividad. Las chicas, en cambio, muestran mayores síntomas relacionados con la ansiedad, la apatía, la tristeza y falta de autoestima, al tiempo que sufren mayor estrés emocional por acontecimientos vitales como muertes, separaciones o cambios de domicilio.

Quiénes piden la ayuda. Las propias familias de los jóvenes son quienes más demandan este servicio (55 casos), seguidos de los tutores de los alumnos (30), los equipos directivos de los centros (24), los departamentos de orientación al alumnado (14) e incluso los propios adolescentes (20 han acudido por iniciativa propia al servicio del GAF).

Cómo funciona el GAF. Los psicólogos de este exitoso servicio municipal realizan sesiones con el alumno afectado, con sus padres, con la familia al completo, con los profesores, e incluso entre docentes y sus pupilos, o entre los maestros y los padres del alumno. Cada intervención suele durar entre 30 minutos y dos horas, y se han realizado más de mil sesiones.

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