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Ajuste 2.0 > Francisco Pomares

Uno se lo puede tomar a guasa, o cabrearse, o acordarse de las madres de todos ellos. Tanto da. El segundo gran ajuste del Gobierno Rajoy está ya aquí, y es de los que no dejan títere con cabeza: ante las condiciones europeas para ese préstamo a los bancos que al país no iba a costarle nada, Mariano Rajoy anunció ayer un duro paquete de medidas que habrían de permitir un recorte del gasto hasta el 2014, próximo a los 65.000 millones. Para entendernos: el equivalente al seis y medio por ciento del Producto Interior Bruto español.

Entre otras decisiones de menor enjundia, el Gobierno subirá el IVA del 18 al 21 por ciento, y el impuesto del tabaco, y los que gravan la energía, para que sean los ciudadanos quienes paguen el déficit tarifario eléctrico. Además, se reducirá la prestación por desempleo desde el sexto mes de paro, hasta el 50 por ciento de la base reguladora con la que se calculan las prestaciones, según dice para “animar la búsqueda activa de trabajo” de los parados. Para animarla, de paso, se suprimen la mayoría de las bonificaciones a la contratación. El Gobierno ahorrará algo más de 600 millones reduciendo las subvenciones y transferencias de todo tipo, y como los funcionarios no pueden escapar sin otro golpe, se les suprime la paga extra de Navidad de este año y los dos próximos, aunque Rajoy promete devolverles los cuartos a partir de 2015 en un fondo de pensiones. Que esperen sentados… Para premiar por el esfuerzo a los empleados públicos, se les reduce el número de moscosos, y el de liberados sindicales. En los ayuntamientos se anuncia la desaparición de algunos de ellos, y la reducción en todos de un tercio de los concejales, siendo además el Gobierno responsable de fijar a partir de ahora los sueldos de los ediles. A ver si es verdad que lo hacen. También habrá un nuevo recorte del 20 por ciento -ya se hizo una por la misma cantidad este año- en las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales. Y ellos tienen suerte: a los ciudadanos se les acaba hasta la deducción por vivienda en el IRPF, y además se prepara ya la traca final, que serán las pensiones, con las que Rajoy todavía no se ha atrevido, aunque sí anuncia que van a mirarlo.

Puede que estas medidas logren su objetivo de contener el déficit (yo lo dudo, porque si cae la actividad económica cae la recaudación), pero por lo pronto, lo que sí van a lograr es instalar al país en la recesión durante media generación. En fin, menos mal que el rescate de los bancos no nos iba a costar nada.