líneas de más > Gerardo Daniel Settecase

Chávez y Capriles: comenzó el combate > Gerardo Daniel Settecase

Desde la semana pasada, Venezuela asiste a una larga y extensa campaña electoral en busca de la elección de su próximo presidente.
Comenzó así el combate entre el primer mandatario, Hugo Chávez, que busca su reelección, y Henrique Capriles, que, en nombre de todas las fuerzas opositoras, intentará reemplazarlo poniendo fin al denominado Socialismo del siglo XXI.

Y digo combate porque esta campaña electoral no se concretará al estilo habitual de los países europeos. No solo por su duración -en Venezuela dura tres meses-, sino también por los modos.

El chavismo ha fracturado la sociedad en dos bandos irreconciliables. Por una parte este, el oficialmente llamado Partido Socialista Único Venezolano (PSUV), creado por Chávez, y por el otro, los partidos de la oposición. La fractura es tal que ya no son simples adversarios políticos exponiendo ideas distintas acerca de cómo solucionar los problemas del país y dar mejor calidad de vida a sus ciudadanos, sino enemigos irreconciliables. Chávez, valiéndose de los errores de la oposición (adecos y copeyanos, que gobernaron por décadas olvidándose de las clases mas bajas de la sociedad venezolana a la hora de distribuir el maná que generaba el petróleo y otras riquezas), promueve ampliamente esa fractura. Ser chavista es sinónimo de patriota, defensor de los intereses del país y de los del continente sudamericano. No serlo es sinónimo de traidor, vendepatria, pagado por EE.UU. o Europa.

Sin embargo, y al menos hasta ahora, mientras Capriles intenta revertir esta imagen que el presidente ha difundido por horas y horas en sus peroratas públicas, televisivas y radiales, este ha encarado el lanzamiento de su campaña por ahora más lejano al combate directo.

El presidente Chávez, al menos hasta ayer, ha dedicado sus discursos para -además de recordar sus logros como gobernante- opinar acerca de la situación institucional de Paraguay, Argentina y su contencioso con Repsol, la necesidad de fortalecer Unasur y para criticar nuevamente el bloqueo a Cuba o el modo en que la Unión Europea y EE.UU. están tratando de solucionar sus problemas.

De Capriles casi nada. Salvo algún exabrupto típico del vocabulario soez habitual en Chávez, pero sin personalizarlo en su adversario directo.

Por lo menos, y por ahora, la medición de fuerzas en este primer asalto del combate se la ha dejado a sus matones armados y a sueldo, intentando frustrar mítines de la oposición, y a las fuerzas de seguridad, enfrascadas en impedir todo acto de campaña o de visita del candidato opositor a de algunos sectores de alguna ciudad. Escaramuzas. Primera medición de fuerzas, pero sin la intervención directa del presidente Chávez, que debemos ver hasta cuándo mantiene esta estrategia, pues hay tres meses de combate, campaña electoral si usted prefiere, y todo recién se inicia.

gerardoctkc@gmail.com