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En política lo que no se comunica, no existe. La gravedad de la crisis económica afecta a todos los sectores productivos, por lo que los medios de comunicación no son ajenos a sus efectos: recortes en las plantillas y reducción en el número de programas de televisión, de horas de radio, de páginas de periódicos, de espacios web o de contenido en agencias de noticias. Esta situación obliga a las instituciones públicas a seleccionar qué aspectos de su actividad deben priorizar. Obviamente, las informaciones de interés público, emergencias o sucesos son contenidos imprescindibles en el día a día. Pero ante la confrontación política inherente a cualquier modelo democrático, en el que el gobierno defiende su gestión y la oposición busca desgastarle con la fiscalización y el planteamiento de alternativas, los equipos políticos requieren de estrategias concretas, definidas, conocidas por su integrantes, evaluables y modificables.
Cuando un periodista llama a un político local y éste le responde “habla con mi jefe de prensa”, se derrumba en parte la estrategia de comunicación previamente planificada. La administración local requiere sencillez en el trato, humildad ante el vecino y cercanía; características válidas íntegramente para la relación de los políticos y sus equipos con los periodistas. Evidentemente, la formación universitaria de los responsables de Prensa es importante, pero la experiencia lo es todo en este ámbito. Un ejemplo sencillo: el concejal de Santa Cruz Dámaso Arteaga (político trabajador), se lamentaba públicamente el 1 de julio en su muro de Facebook de la poca repercusión que tuvo ese domingo el Día del Vecino en los medios de comunicación (“parece que solo interesa Ofra cuando hay sucesos”, escribió); sin embargo, el Ayuntamiento debió esperar al lunes para comunicar las conclusiones de esa actividad en lugar de hacerlo un sábado, porque en verano los medios tienen menos periodistas por las vacaciones y muchos espacios destinados a la información local se confeccionan desde el viernes. He tenido la oportunidad de contar con más de 20 licenciados en Ciencias de la Información en los equipos políticos de los que he formado parte durante 13 años (todos buenos profesionales); y esa experiencia hace concluir que la administración local haría bien si aprovechara la crisis económica para transformar los tradicionales gabinetes de comunicación en auténticos miembros de la gestión pública. Que nadie se engañe: muchas decisiones políticas se modulan en función a la percepción que de ella vayan a realizar los electores; y las medidas difíciles que, responsablemente, se adoptan a pesar de su rechazo social, se comunican en función a una estrategia que minimice el desgaste.

Ángel Llanos Castro es Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz