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El infierno volvió a los montes

Las llamas queman los pinos del barranco de Las Lajas, entre Adeje y Vilaflor, en la noche del pasado lunes. / EFE

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Igual que ocurriera en 2007, dos grandes incendios forestales afectaron esta semana simultáneamente a dos Islas: la tragedia arrancó hace siete días en Adeje y se multiplicó al día siguiente en El Paso. Incluso, La Gomera sufrió en Alojera otro incendio, aunque felizmente de un calado apreciablemente inferior. El retorno del infierno a nuestros montes arroja un balance de unas 6.000 hectáreas afectadas, once viviendas calcinadas (todas en La Palma) y la evacuación de unas 670 personas (cerca de medio millar en Tenerife).

Tras los fríos números se esconde el miedo de los vecinos de Vilaflor, que fue desalojado el martes, o el espanto que supuso ver calcinarse el maravilloso pinar de Tágara (Guía de Isora). Pero también el relato de un sinfín de héroes anónimos, más de mil relatos de todos los que se enfrentaron al fuego, ya por el aire ya desde tierra; así como la satisfacción de que, hoy, los incendios están controlados y vigilados por los retenes a la espera de cerciorase de que el último rescoldo fenezca.

Tiempo es también de recordar que el infierno siempre vuelve al monte, que lo lleva visitando con una frecuencia cuya puntualidad se fija en un intervalo de entre cuatro y diez años.

Imprescindible resulta hablar con los máximos representantes de las dos islas afectadas, pero mayor atención merece lo que cuentan de este incendio los responsables del Gobierno de Canarias y del Ejército español.

Para el final dejamos la reflexión de la indiscutible autoridad sobre la materia, el exconsejero tinerfeño Wladimiro Rodríguez Brito, que pone el dedo en la llaga al señalar que estos incendios siempre terminan produciéndose allí donde lo único sembrado es el abandono, justo donde está cuidada la desidia.

El amor que late en nuestros corazones por esos montes provoca que nadie resulte indiferente a un incendio forestal. Por eso DIARIO DE AVISOS resume para sus lectores esta experiencia vivida en julio de 2012, para que permanezca en la memoria lo que se andó por el buen camino y lo que resta por mejorar. Porque el infierno querrá volver al monte.