EFE | Madrid
El sector tabaquero emplea en España a 56.000 personas y aporta al Estado más de 9.800 millones de euros al año en impuestos, un sector que se ha visto afectado por la prohibición de fumar en lugares públicos, el aumento de las falsificaciones y ahora las nuevas normas que se discuten en Bruselas.
La ley antitabaco y la subida del impuesto sobre las labores del tabaco han influido de forma directa en la caída del consumo, un descenso que se ha visto reflejado en la venta de cajetillas, con una disminución que ha llegado a casi el 26 por ciento en mayo pasado respecto del mismo mes del año anterior, según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos.
Este descenso ha tenido su efecto también en la recaudación del impuesto del tabaco, con una caída de los ingresos del 15,2 por ciento respecto de mayo de 2011, aunque los ingresos por este concepto suman un 2,4 % de subida en los cinco primeros meses del año respecto del mismo período de 2011, hasta los 2.849 millones.
El Gobierno llevó a cabo en marzo una redistribución del gravamen con el objetivo tanto de recaudar más, 150 millones, como de reducir el contrabando y la falsificación, que se han disparado en los últimos tres años y ha pasado de una media del 2 % a superar el 20 % en algunas ciudades andaluzas.
La crisis económica que ha llevado a algunos fumadores a buscar labores más baratas, tanto en el mercado legal como en el ilegal, y la escalada del precio de los cigarrillos, debido a que las tabaqueras han tenido que repercutir el aumento de los impuestos para mantener sus márgenes, también han contribuido a elevar las cifras de contrabando y falsificación.
Las sombras sobre el negocio del tabaco no acaban aquí: la nueva directiva que se discute en Bruselas amenaza al sector con la imposición de cajetillas sin marca, la eliminación de las máquinas expendedoras de tabaco y la prohibición de determinados ingredientes que ahora se añaden al tabaco de la variedad que más se planta en España, Burley, y que se utiliza para los cigarrillos rubios.
En España trabajan para la industria tabaquera los cultivadores, estanqueros y el sector de máquinas expendedoras, 33.626 personas de forma directa y 22.000 de forma indirecta, y el negocio generado asciende a 2.700 millones de euros.
El cultivo del tabaco, que da empleo a 10.000 personas, se realiza en zonas rurales, especialmente en Extremadura, donde se produce el 92,5 % de la hoja de tabaco, pero también en Andalucía, Castilla y León y Castilla La Mancha.
En la industria tabaquera, las 48 compañías manufactureras que operan en el mercado español emplean de forma directa a 4.500 trabajadores y crea cerca de 14.000 empleos indirectos.
La red de estancos compuesta por cerca de 14.000 establecimientos repartidos por todo el territorio nacional genera un empleo estimado de 20.000 puestos de trabajo.