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Entomología forense > Sergio García de la Cruz

Hace unos días me sorprendía un amigo al preguntarme sobre entomología. Yo no sabía de su interés por estas cuestiones, es más, desconocía que existiera una “curiosidad” tan generalizada. Pero él me hizo ver cuán equivocado estaba. El culpable de todo este interés investigativo es la serie CSI.

Si tuviera que buscar dos palabras para describir el término entomología, estas serían insectos y ácaros. Por supuesto, se trata de una ciencia que en la actualidad ayuda mucho a las investigaciones policiales. Principalmente es usada como ayuda en la investigación de delitos en los que se ha producido el óbito de una persona, a menudo, cuando el cuerpo se ha recuperado pasado un tiempo significativo después de la muerte, cuando muchos de los tejidos blandos se han descompuesto. Se estima un intervalo, después de la muerte, que se denomina intervalo post mortem.

El gran protagonista de la investigación de estas características es la mosca, que ocasiona la enfermedad parasitaria llamada miasis, producida por sus larvas. Las moscas son capaces de oler a kilómetros de distancia los tejidos en descomposición, y localizados éstos ponen huevos en las heridas o áreas con secreciones olorosas, principalmente en orificios naturales. Esto se produce incluso antes de que se produzca el fallecimiento.

La temperatura juega un papel importante en todo este proceso; por ejemplo, las larvas se desarrollan más rápido en ambientes más cálidos, como puede ser el de Canarias. Esto nos lleva a estar realizando continuamente estudios sobre los insectos que habitan las distintas zonas, su evolución, ciclo, etc. El cerdo es el animal más parecido al ser humano, y por tanto, el más utilizado para este tipo de estudios. Los gusanos son hábiles muy resistentes y adaptativos, poseen un recubrimiento de quitina que los hacen casi indestructibles.

Es importante que cada zona geográfica disponga de un laboratorio y, por ende, de un experto que acuda en la misma al lugar en que tenga que aplicar sus conocimientos, que como vemos son muy variados y valiosos.

Pero los entomólogos no solo nos pueden ayudar en esto. También lo harán indicándonos qué ha ocurrido con el cadáver, si presenta algún tóxico o, por ejemplo, si ha sido trasladado desde otro lugar; incluso su aplicación se está haciendo extensiva a situaciones en la que ya no tiene que haber un cadáver necesariamente, como averiguar si estuvimos en un lugar, o qué ruta siguió nuestro coche.

Así, la escena del crimen siempre será nuestro mejor aliado en una investigación, por eso es tan importante no tocar nada al llegar a la misma. Todo debe ser analizado tal cual está, tal cual quedó. En este caso, por lo general, se prefiere recoger los insectos antes de que se retire el cuerpo de la escena, porque si sólo recogemos los restos en la autopsia y no visitamos el lugar, se puede pasar por alto los insectos más viejos, que luego nos podrían dar una mayor estimación.

Algo interesante a destacar es que ya en algunos países se está utilizando este tipo de investigaciones científicas, llevadas a cabo por veterinarios forenses, con el fin de descubrir abusos o crueldades hacia los animales.

www.sergiogarciacruz.com