El músico vasco Sebastián Iradier compuso una danza lenta sin ser consciente de que con ello iba a universalizar un nuevo género de canción, basado en un tipo de ritmo de origen cubano. Y aunque a fecha de hoy los musicólogos aún no se han puesto de acuerdo en el verdadero nacimiento de la habanera, pues ciertamente la música que entonces exportaba Cuba la denominaban contradranza habanera o danza habanera, y que los marineros, viajeros y aventureros importaban a la isla caribeña canciones populares y piezas de zarzuelas, hay que reconocer la definición del género como la inscribió el músico en su partitura: una forma muy especial de canción lenta que sigue la pauta del ritmo tango. Así, en La Habana, en 1855, se estrenó la mundialmente conocida habanera La Paloma, de Sebastián Iradier por Marietta Albioni, una cantante de éxito.
Músico de sólida formación, Iradier estudió piano, órgano y composición musical. Llegó a ejercer como catedrático de armonía y composición en el Real Conservatorio Español de Música, de 1840 a 1850. Su carácter bohemio y juerguista, unido a su gran atractivo personal, influyeron en su vida aventurera e irregular, pero gracias a su gran talento natural se le perdonaba todo, se le consentía todo. Viajó por París, Estados Unidos, México y Cuba. Su música se difundió por Europa y América. Decía que los viajes le proporcionaban inspiración y nuevos horizontes creativos. En la Ciudad de la Luz fue profesor de canto de la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Entre su amistades se encontraban Luis Viardot, director del Teatro Los Italianos; Próspero Merimée (autor de Carmen); el genial Rossini y las famosas bailarinas italianas Carlota Grisi y Fanny Cerito -quienes integraron junto a María Taglioni y Lucile Grahn el famoso Pas de Quatre, por orden de la Reina Victoria- le solicitaron al compositor vasco fandangos, boleros y otras danzas. La célebre bailarina austríaca Fanny Elsslerg bailó con éxito La Calesera y La Cachucha. Muy aplaudida estuvo esta grande del ballet en sus actuaciones en La Habana con estas obras de Iradier. Su fama y reputación crecieron aún más cuando las cantantes Malibrán, Viardot y la Condesa de Merlín le interpretaban sus obras en la capital francesa.
Iradier fue colaborador en varias revistas musicales. Compuso música para zarzuelas y produjo muchísimas canciones y cuplés que se popularizaron en Europa y América por las mejores figuras del momento. Una polémica a favor a Iradier fue su composición El Arreglito. Estrenada 12 años antes que la Carmen, de Bizet, sin embargo, en la famosa Habanera de la Ópera de George Bizet, encontramos la presencia de varios compases idénticos de El Arreglito. Algunos musicólogos afirman que el hecho concluyente fue de pura casualidad, sin la menor malicia. De todas maneras, les invito a escuchar ambas obras y ustedes obtendrán sus propias conclusiones.
Como prueba de la vigencia de La Paloma, hace poco tiempo la cineasta alemana Sigrid Faltin ha estrenado un filme sobre la famosísima habanera de Sebastián Iradier. La cinta está ambientada en la órbita internacional de esta composición musical y sus diferentes interpretaciones de acuerdo a la cultura y al sentimiento aportado por cada cantante o agrupación vocal que la mantiene en su repertorio.
Gracias, Iradier, por el alto vuelo de tu bellísima e intemporal Paloma.
Othoniel Rodríguez es Pianista