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La fórmula antienvejecimiento

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VERÓNICA MARTÍN
| Santa Cruz de Tenerife

La madrastra de Blancanieves tenía un único objetivo en su vida: ser la más joven y hermosa del lugar. Los mitos en búsqueda de la eterna lozanitud son recurrentes y se han convertido, también, en objetivo esencial de la ciencia. Investigadores de todo el mundo buscan retrasar el envejecimiento celular y todas las patologías asociadas al mismo.

Juan Carlos Espín ha sido, en los últimos 13 años, observador y protagonista de un trabajo científico que tiene entre sus objetivos lograr un producto que ayude a retrasar los efectos de la vejez en la salud. Ahora lo cuenta en un libro de la Editorial Amat bajo el nombre de Revidox [confidencial] donde relata la historia de un descubrimiento 100% español. Como respuesta a los recortes estatales en esta materia, el autor Juan Carlos Espín cederá los beneficios de éste a favor de la contratación de personal en el ámbito de la I+D+i.

El investigador explica que, hace 13 años se inició esta especial historia de logros e ilusiones científicas: “Descubrimos el producto por azar porque nuestro objetivo inicial era mejorar la calidad de la uva y su pigmentación utilizando una serie de procesos tecnológicos como la luz ultravioleta. Lejos de esto, descubrimos una sustancia que identificamos como Resveratrol”. Esto fue ya un hito importante porque este elemento mostraba una actividad biológica frente a enfermedades cardiovasculares y cáncer.

El investigador del CSIC reconoce que se trataba de una “sustancia muy mediática y famosa porque estaba en el vino tinto y era, precisamente, la que podría justificar la llamada paradoja francesa que es que en una población con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, por dieta e índices de colesterol, tenían menor mortandad por estas patologías. Muchos estudios atribuían esta paradoja al consumo del vino tinto”.

Este equipo de investigación aplicó luz ultravioleta a la uva y descubrió que así aumentaba la cantidad de Resveratrol. “Entonces, pensamos que era importante pero el contenido de Resvesratrol en la uva era tan pequeño que no podía ser la respuesta a la paradoja francesa”, remarca el investigador quien explica que esta sustancia es usada por la parra para defenderse de una plaga o una situación adversa y, precisamente, con la aplicación de los rayos uva se multiplicaba. Una vez que descubrieron cómo implementar este compuesto, obtuvieron extractos de la piel de esas uvas lo que se convirtió en un producto comercial: el Revidox, que se comercializa en cápsulas. Fue un proceso que terminó en un producto patentado.

El objetivo científico iba más allá que sacar al mercado estas píldoras, pese a que pasaron tres años antes de su comercialización y que fueron aprobadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.

Más tarde, los estudios siguieron y “hemos validado una serie de propiedades de este extracto de uva enriquecido. Nuestro objetivo era estudiar si, desde el punto de vista de la alimentación, a largo plazo éramos capaces de prevenir enfermedades degenerativas como las vasculares”, explica Juan Carlos Espín. Hasta el momento, había miles de estudios “pero todos enfocados con una aproximación farmacológica y eran imposible llegar al ciudadano porque se había ensayado siempre en animales con dosis muy altas para ver efectos muy claros y esas esas dosis podría haber efectos secundarios en los pacientes. “Queríamos saber si solo con la alimentación y añadiendo el extracto natural potenciado con rayos ultravioletas C, los resultados serían los buscados”, remarca el investigador. El resultado en roedores era que el producto servía para prevenir estadíos tempranos de arteroesclerosis y el estrés oscilativo que ocurre en los vasos sanguíneos con el paso del tiempo. El gran salto fue desarrollar ensayos clínicos en humanos donde se evaluó a personas que están en riesgo cardiovascular, a otros pacientes que habían tenido ya infartos y a sanos. Se realizó, también, la comparativa entre el uso de cápsulas de uva convencional sin proceso ultravioleta, Revidox y placebo. “No nos dejaron usar el Resvesratrol extraído de una planta china que se comercializa porque no está demostrada su seguridad”, puntualiza Juan Carlos Espín.

Lo más emocionante fueron los resultados pues el uso de este compuesto “afecta positivamente a la prevención del riesgo de trombosis”, señala Espín. Hay otros marcadores que se registraron en este estudio y lo explica: “La Proteína C reactiva es ultrasensible y se eleva cuando hay una infección o una fiebre. El problema viene cuando va aumentando poco a poco con el paso del tiempo, algo que ocurre sin síntomas pero que lleva a un importante riesgo cardiovascular. Con el compuesto, fuimos capaces de disminuir el 26% el nivel de esta sustancia”. Esto en pacientes ya medicados, lo que se considera un beneficio adicional. “No solo hemos querido demostrar la eficacia de Revidox en los marcadores con el paso del tiempo sino, también, su seguridad y no se ha presentado efectos adversos ni interacciones con la medicación habitual que tomaban muchos pacientes.

Todo esto ya está publicado en la revista científica American Journal of Cardiology. Como conclusión, los estudios del CSIC demuestran que este producto puede ayudar a prevenir riesgo cardiovascular tanto en personas sanas como en enfermas. Como no son charlatanes, “no diremos que esto va a curar a nadie y no sustituye a nada, sino que es importante como un complemento adicional, y puede ayudar de manera adicional”.

Una de esas historias con The End feliz de la ciencia que, encima, se puede leer en un ameno libro.

Como píldora final, el investigador recuerda que “el envejecimiento es un complejo conjunto de factores, no es un mecanismo mágico de encendido o apagado ya que intervienen muchísimos factores. Nosotros nos hemos querido centrar en ver todos los procesos sobre un eje que es el estrés oxidativo que podemos ir atajándolo siguiendo una dieta adecuada, sin fumar, haciendo ejercicio y com esta es una medida adicional”.