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La travesía de la Virgen

La virgen del Carmen congregó a los más devotos en su recorrido. | S. M.

SANTY TORRES | Santa Cruz de Tenerife

Como ya es tradición, la Reina de los Mares volvió a recorrer ayer las calles de Santa Cruz acompañada por todos sus feligreses. La procesión de la virgen del Carmen, que partió desde la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, fue precedida por el rezo del Santo Rosario en la citada parroquia. La Tertulia Garoé también quiso mostrar sus respetos a la virgen con una ofrenda lírica que daría paso al inicio a la misa; una función religiosa amenizada con los cantos de la Coral Polifónica del Círculo de la Amistad XII de Enero.

La misa completó el aforo de la iglesia, en la que no quedó ni un asiento libre. El calor, si bien hizo ondear muchos abanicos en el templo, no impidió que la gente se reuniera para celebrar este día. Acto seguido, el párroco pidió la colaboración de los fieles para que la procesión transcurriera de forma “organizada” y con “total normalidad”.

Fieles muy devotos

La virgen del Carmen recorrió las vías de Santo Domingo, Cruz Verde, Villalba Hervás, La Marina y la avenida Marítima, hasta su gran esperada llegada al muelle, donde tuvo lugar su embarque. El propio tranvía tuvo que parar su trayecto (entre Fundación y Teatro Guimerá) durante casi cinco minutos para que el recorrido no tuviera que cambiar de dirección.

Los asistentes allí congregados no cesaban en sus aclamaciones: “Viva la virgen del Carmen”, gritaban en una mezcla de alegría y emoción. Sentimientos que se han convertido ya en una de las características de estas festividades. Asimismo, las voces de los fieles eran reforzadas por sus aplausos e, incluso, lágrimas hacia la protagonista del día, una muestra más de su devoción.
Además, antes del inicio del recorrido marino, la coral del Círculo de Amistad XII de Enero puso la voz al acto del muelle con la interpretación del Salve Marinera, junto con el canto de motetes y habaneras. A continuación se inició la travesía por el mar, acompañada por más de una veintena de barcos que quisieron mostrar así su amor por la patrona de los pescadores.

Autoridades

En el barco encargado de llevar a la virgen fueron algunos de los representantes del Ayuntamiento de Santa Cruz, el Cabildo y Puertos de Tenerife. Así, el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, no dudó en embarcarse junto a miembros de su equipo, como el concejal, Dámaso Arteaga. El presidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Rodríguez Zaragoza, también se postuló como miembro de esta especial tripulación. Otros de los que formaron parte de la procesión, como el concejal Julio Pérez, llegaron hasta el puerto pero decidieron no embarcar.

Tras el desembarco, el paseo marítimo-terrestre concluyó con la vuelta de la virgen del Carmen a su sede habitual, atravesando nuevamente la avenida Marítima para continuar por La Marina, la plaza España, la calle General Gutiérrez, Imeldo Serías, Candelaria, Santo Domingo y, finalmente, su llegada a la plaza de la iglesia de la Concepción. Así concluyó una de las ceremonias religiosas que más devotos moviliza y que con mayor fervor se sigue en la capital tinerfeña.