CRISTINA HERNÁNDEZ | Santa Cruz

En esta vida nada pasa por casualidad. Creer eso sería una ingenuidad. Un día, sin saber que tu futuro está cambiando en ese preciso instante, el destino te pone a una persona en tu camino que hará que tu mundo dé un giro inesperado. Claro está que esta afirmación es tan válida para el amor como para los negocios. Y hablando de negocios, algo así le pasó a Madi Ramos y a Déborah Torres. Uno de estos días a los que me refiero, hace ya dos años y durante un curso de fotografía, sus caminos se cruzaron. Para ellas era un curso más, pero el destino ya sabía que no era así. La culpable de esta unión no fue otra que su pasión por la fotografía y, en especial, por las fotos diferentes. Sin ellas mismas saberlo, en aquel momento comenzó a gestarse el proyecto que cristalizaría dos años después: Les Petites Photos. Una empresa de fotografía especializada en capturar instantes inolvidables.

Hace un año, Déborah decidió crear su marca www.deborahtorres.com, especializada en fotografía de bodas diferentes para gente diferente. Para entender lo que digo sólo hay que echar un vistazo a su web. Son las fotos de bodas más bonitas que he visto nunca. El reflejo de preciosas historias de amor donde priman los detalles. Sin pensárselo mucho, dejó su trabajo de comercial de automóviles en el que llevaba 8 años y fue directa, sin miedo, a por su sueño: “Me di de alta de autónoma, creé la web y empecé a trabajar”, dice. Madi ya había hecho algún trabajo de fotografía pero no profesional. Tiene una editorial junto con otro socio -Oristán & Gociano Editores- y cuando Déborah no llevaba un mes trabajando por su cuenta desde su casa, Madi le propuso compartir estudio. A partir de ese momento, comenzaron a trabajar juntas pero no revueltas. Madi compaginaba su trabajo de editora con echar una mano a Déborah en sus trabajos. Hace unos tres meses, Madi acompañó a su amiga a hacer un reportaje a Salamanca. Su pensamiento siempre fue: “No me importa echarle horas aunque no cobre, disfruto tanto y aprendo tantas cosas…”. Empezaron por hacer el reportaje de una preboda y terminaron haciendo un reportaje familiar en León. Ahí surgió la idea. Les gustó tanto el resultado que pensaron en crear una marca especial para recoger esos instantes de felicidad. Pequeñas fotos que recogen grandes momentos llenos de emociones, sentimientos y vida… aMuchos de ellos pasarían desapercibidos para nuestros ojos pero no para los de ellas. Al volver, y durante el tiempo que dura un café, ya habían decidido crear una empresa juntas, el nombre de la marca, el logo, la reconversión de la oficina a estudio y sobre todo, el concepto: fotos para la historia, para el recuerdo, para inmortalizar los momentos especiales de nuestra vida: desde una tarde con nuestro hijo, un paseo con la familia, las fotos con los abuelos que siempre querremos recordar, un embarazo, una mamá con su bebé, hasta eventos de carácter más profesional. Se han convertido en unas ‘atrapa emociones’ y sacan lo mejor de cada ocasión. Dice el empresario Marc Vidal sobre Tueddy, su nueva empresa, “que el mundo ha mejorado gracias a los soñadores, a esos que intentaron cambiar las cosas por sí mismos y esos ‘locos’ son los que solucionarán los problemas”. Déborah y Madi son dos de esas ‘locas soñadoras’ a las que les apasiona su trabajo y eso se nota en el resultado. Iniciativa, convicción, ganas de trabajar y sobre todo, pasión por lo que hacen. Así se pueden cambiar las cosas.

Algo más que una relación comercial

“Les Petites Photos es algo especial y para gente especial. Los clientes buscan algo diferente y así nos lo hacen saber desde el primer momento. La mayoría se deja asesorar y resulta muy cómodo trabajar con ellos”, asevera Madi. Me cuentan que se establece cierta química y lo que comienza siendo una relación comercial se convierte, en muchos casos, en una relación especial. Se preocupan en conocer a las personas, cómo son, lo que les gusta, su personalidad y eso requiere tiempo pero sobre todo entusiasmo y dedicación. Tanto, que terminan emocionándose con las pequeñas historias que fotografían. Para lograr esto, siempre terminan dedicando mucho más tiempo del contratado, pero no les importa.
En esta vida nada es gratis y el éxito no cae del cielo. El esfuerzo trae sus recompensas y eso ellas lo saben bien. Abrumadas por la demanda que están teniendo en el poco tiempo que llevan juntas, confían en que su historia empresarial se consolide. Y en ello andan. Dicen que los sueños se hacen realidad pero lo que está claro es que para conseguirlos hay que currárselo mucho. Estas dos mujeres han decidido hacerlo y juntar sus talentos para conseguir el suyo: Les Petites Photos.
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