desalojo >

Los 300 inmigrantes que viven en una nave de Barcelona piden aplazar desalojo

EFE | Barcelona

Los inmigrantes que viven en una nave industrial del barrio del Poble Nou de Barcelona, cuyo desalojo ha sido aplazado por el juez hasta la semana próxima, han solicitado a los propietarios de la antigua fábrica que posterguen el desalojo hasta que puedan encontrar un lugar alternativo para trasladarse.

Los 300 inmigrantes que malviven en la nave, la mayoría dedicados a la recogida de chatarra, han enviado una carta a la familia Iglesias Baciana, propietaria de una parte de la fábrica, en la que les solicitan que no urjan el desalojo porque no tienen otro sitio donde vivir, aunque aseguran que no quieren permanecer “eternamente” allí.

“Queremos explicarle -dice la carta a la que ha tenido acceso Efe- que habitamos en esta nave porque no tenemos ningún otro sitio donde vivir. Entramos en ella hace más de un año cuando estaba vacía, abandonada y llena de ruinas y suciedad. La hemos adecentado y reparado dentro de nuestras escasas posibilidades y hecho de ella nuestra vivienda y lugar de trabajo”.

“La mayoría de nosotros, -añade la misiva- personas de muy diversas nacionalidades y orígenes, vivimos honradamente de nuestro esfuerzo cotidiano, sea buscando y vendiendo chatarra, reciclando aparatos eléctricos en desuso y reparándolos”.

Los inmigrantes explican que en la nave, situada entre las calles Puigcerdà y Josep Pla, “hay hombres y mujeres, incluso familias con niños que no tienen otro lugar mejor para vivir”.

“No hemos buscado esta situación, pretendemos vivir dignamente de un trabajo digno, pero la crisis que padecemos nos ha abocado a ello”, aseguran los amenazados de desalojo.

Los ocupantes de la antigua fábrica piden a sus propietarios que no urjan a este desalojo hasta que puedan encontrar entre todos (ayuntamiento, organizaciones de apoyo, ellos mismos y toda la sociedad) un lugar donde puedan vivir “dignamente”.

“El Ayuntamiento y las instituciones no nos ofrecen ninguna salida mientras ustedes instan un desalojo urgente”, aseguran.

“¿Dónde vamos a dormir?, ¿Cómo vamos a ganarnos la vida? -se preguntan- No existe ninguna urgencia para este desalojo. Donde vivimos no hacemos daño ni molestamos a nadie. Tampoco queremos producirles a ustedes ningún perjuicio económico, ni de ningún otro tipo”.

“No queremos permanecer eternamente en la nave, queremos un sitio para vivir. Sabemos que son ustedes sensibles a las penalidades de los pueblos africanos e incluso que aportan económicamente para atenuarlas; les pedimos que sean también sensibles a nuestra situación y posterguen nuestro desalojo”, concluye la carta.