Piden que los centros educativos canarios cuenten con protocolos de actuación ante casos de violencia de género

EUROPA PRESS | Santa Cruz de Tenerife

La Plataforma de Acción Feminista Canaria, formada por más de sesenta organizaciones, ha entregado un documento a la viceconsejera de Educación del Gobierno de Canarias en el que plantea, entre otras reivindicaciones, que se ponga a disposición de los centros educativos protocolos de detección e intervención ante casos de violencia de género.

En una nota de prensa, esta plataforma ha señalado que sin este tipo de protocolos se pueden cometer errores como tratar de mediar en casos peligrosos de violencia de género en la pareja juvenil, que una familia afectada por este tipo de violencia quede sin intervención o que se quede sin tratar el hostigamiento en espacios públicos a chicas jóvenes.

Al mismo tiempo, reclaman más medidas y programas de prevención de la violencia de género, que deben estar incorporados en los planes de acción tutorial, de actividades extraescolares, de lectura y en el trabajo ordinario del aula, y ofrecer a los centros formación y asesoramiento sobre este drama social.

La Plataforma ha admitido la existencia de actuaciones de la Consejería de Educación en pro del tratamiento de la igualdad de género desde hace más de una década en el sistema educativo, pero considera que su impacto ha sido “muy insuficiente” y “muy por debajo” de lo exigido por la legislación.

Las organizaciones agrupadas en esta plataforma han querido recordar que hoy existe una Ley que dispone las obligaciones del sistema educativo, de los centros, del profesorado y de los agentes generadores de los currículos y del material didáctico; sin embargo, una gran parte de la comunidad educativa desconoce lo establecido en la Ley Canaria de Igualdad.

Por ello, las organizaciones feministas piden incluir los mandatos de la Ley en la normativa de funcionamiento de los centros, obligando a desarrollar planes y acciones para la igualdad entre ambos sexos y de prevención de la violencia de género. En estos casos, la Administración velará por la correcta adopción de medidas y los profesionales de los equipos directivos, inspección, orientación y CEP deberán capacitarse para el seguimiento de estos programas.

 

Contenidos “más sensibles”

Por otro lado, la Plataforma de Acción Feminista ha reclamado que los contenidos presentes en los currículos educativos sean más sensibles al género, al mundo privado-doméstico y a los aspectos socio-afectivos, introduciendo el enfoque de género en el desarrollo de las competencias básicas, pues, en la práctica, la perspectiva de la igualdad está ausente en muchas aulas, en los libros de texto y en los materiales didácticos.

Demanda, igualmente, la promoción de una educación que promueva unas relaciones afectivo-sexuales positivas, saludables, placenteras y no discriminatorias, que contribuya al respeto a la diversidad afectivo-sexual y a la prevención de los riesgos asociados a una sexualidad no asumida responsablemente (embarazos no deseados o ITS).

Las organizaciones feministas también piden que sean favorecidos aquellos libros de texto o materiales que promuevan activa e intencionadamente la igualdad de género, la resolución no violenta de los conflictos y la dignidad de las mujeres, y han criticado la desaparición de ‘Educación para la Ciudadanía’, que facilitaba el tratamiento de la igualdad.

Esta plataforma solicita también una orientación académica y profesional diversificada y dirigida hacia carreras profesionales donde exista subrepresentación de mujeres o de hombres, a fin de promover una elección académica y profesional libre y no sesgada por los estereotipos de género, y reclama un proceso intensivo de formación de los profesionales de la Educación en materia de igualdad y prevención de la violencia de género, en tanto en cuanto no es suficiente con ofertar 200 o 500 plazas al año, sino una oferta que tenga en cuenta la dimensión real del colectivo docente: más de 20.000 personas.

Por último, también demandan que se incorporen enseñanzas en materia de igualdad entre mujeres y hombres y perspectiva de género en los planes de estudios universitarios de grado y posgrado, especialmente en los estudios de formación del profesorado.