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Ruibal quiere volver a ser él mismo

Ruibal intenta alcanzar a Zeyada con una izquierda durante su primer enfrentamiento. | DA

JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

Moisés Ruibal quiere volver a encontrarse con su mejor versión. Después de los últimos tropiezos que ha cosechado, el fajador gallego, afincado en Tenerife desde hace muchos años, espera recuperar dar su mejor cara en el enfrentamiento de revancha que la organización del It’s Showtime le ha programado para el próximo 21 de julio con el egipcio Amir Zeyada.

El pasado mes de noviembre, Zeyada venció antes del límite a Ruibal después de derribarlo en el primer asalto con una potente derecha y de que el forjador del equipo Moi Rui se lesionara una rodilla y tuvieran que pararle la pelea en el tercer asalto. Tras ese tropiezo, Ruibal se subió al cuadrilátero del Pancho Camurria para medirse con Francis Jorge en otro combate en el que no llegó a la distancia, aquejado otra vez de problemas en su articulación y en el que el de El Ortigal fue superior.

Ahora Ruibal quiere volver a sentirse como el guerrillero que siempre ha sido, aquel que venciera en duras batallas a Fred Sikking o Erick Kouwan y consiguiera el campeonato del mundo profesional frente al turco Muzafer Gemici noqueándolo en el noveno asalto de aquella dura y emocionante batalla.

Así, el gallego asegura que ante Zeyada no saldrá a especular. “La otra vez planteamos mal el combate, moviéndome mucho y dejándole que llevara la iniciativa y que estuviera cómodo. Sin embargo, cuando apreté después de lesionarme y me paré a intercambiar golpes con él ya no se le vio tan cómodo y varias veces se tuvo que ir hacia detrás”, considera Ruibal, que entiende que para este combate el factor sorpresa “ya no existirá”.

Ruibal, desde Amsterdam, explicó ayer que en noviembre “me sentí incómodo sobre el ring desde que subí. Parecía que estaba en el aire por las características del cuadrilátero y luego planteamos mal la pelea. Tuve fallos que no supe corregir. Zeyada no está cómodo cuando es él al que persiguen y eso haré aunque yo estoy entrenando como si él fuera a repetir su estrategia de la primera pelea”.

El púgil gallego entiende que para tener opciones debe recuperar sus señas de identidad. “Estuve muy mal contra Francis y también contra Zeyada, por eso quiero desquitarme y volver a ser el mismo que en las peleas contra Sikking, la primera vez o Parparyan, en las que estuve como yo soy. Quiero ir a la guerra y no voy a plantear otra estrategia, quiero ser el Moi de antes. Si me voy al suelo, me iré, pero si no, se irá él”, afirma, contundente.

“Estoy muy motivado”, cuenta Ruibal desde la cuna del kickboxing europeo. “Tengo muchas ganas de que las cosas salgan bien. Me he gastado un dineral en esta preparación y quiero que me valga la pena”, asegura el fajador gallego, que esta vez contará con una ventaja respecto a compromisos anteriores y es que no tendrá a ninguno de sus pupilos peleando antes en la gala lo que le supone un respiro y menos desgaste psicológico.

“No voy a tener esa preocupación así que estaré mucho más centrado en mi combate”, cuenta Ruibal, que no quiso dejar pasar la oportunidad de “agradecerle a Javier Rolo que me haya dado la oportunidad de poder medirme otra vez a Amir Zeyada”, aunque esta vez lo hará en un peso superior al pactado en el primer combate. El duelo se ha cerrado en 90 kilos, pero Ruibal no lo pondrá como excusa. “Yo estoy más cómodo con menos peso pero acepto sus condiciones porque es una gran oportunidad”.
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Una preparación a conciencia

Moisés Ruibal volverá a tener una gran oportunidad en esta gala del It’s Showtime. El fajador gallego quiere afrontar este compromiso con garantías. Así, Ruibal trabajan durante estos días en Holanda rotando por varios de los gimnasios más importantes del país y poniéndose a las órdenes de algunos de los entrenadores más prestigiosos del mundo. Ayer entrenó en el mítico Vos Gym, la casa del emblemático Ernesto Hoost aunque trabajó con Ivan Hypolite. Hoy lo hará bajo la supervisión de Lucien Carbin, uno de los entrenadores que más éxitos ha obtenido y forjador de Tyron Spong, entre otros. “Carbin es uno de los entrenadores más importantes sin duda y tiene buenos sparrings”, reconoce Ruibal, que espera poder hacer guantes con el propio Spong o con el emergente Andy Ristie, que estará en Tenerife para medirse con el cántabro Abraham Roqueñi. “Aquí se trabaja de otra forma diferente a como lo hacemos en Tenerife. Allí lo hacemos más técnico, aquí se le da mucho más ritmo y menos descanso”, cuenta un motivadísimo Ruibal.[/apunte]