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Un fuego voraz abrasa El Paso

DAVID SANZ | El Paso

Una terrible fatalidad hizo que en la isla de La Palma se despertara con mucha ferocidad un incendio al mediodía de ayer, a la vez que ardía el sur de Tenerife. Casi sin efectivos aéreos, las brigadas de tierra hicieron todo lo posible para frenar un infierno que caminaba por la ladera de El Paso, desde Montaña Enrique hacia Tacande, azuzado por un calor de más de 35 grados, un viento intenso y escasa humedad. Lo más terrible, hasta ahora, han sido las viviendas, huertas, granjas, bodegas que ha afectado el fuego a su paso. Lo mejor es que el fuego no ha caminado hacia el sur, llegando a la corona forestal, lo que haría muy complejo controlarlo. La evolución del incendio sigue en manos del viento, que al cierre de esta edición se cebaba con el flanco sureste, de Tacande, mientras no paraba de arder, aunque estabilizado, el noroeste, de Montaña Enrique.

A última hora de ayer desalojaron de sus viviendas alrededor de un centenar de personas de los núcleos de Tacande, Tajuya, Piedra Blanca y La Moradita. En concreto fueron 160 personas. El Ayuntamiento de El Paso habilitó las antiguas instalaciones de la fábrica de tabaco JTI para atender a estas personas, donde la Cruz Roja situó también un puesto de atención avanzado.

Escenas de dolor y de impotencia se vivieron durante la jornada de ayer entre los vecinos que perdían sus pertenencias por el paso del fuego. Y también una enorme tensión entre aquellos que esperaban, con cubos y zamuros llenos de agua, a que llegara el fuego para defender sus pertenencias. Según han informado fuentes de toda solvencia a este periódico, dos han sido las casas quemadas en su totalidad, si bien hay muchas más afectadas por el fuego.

Contra un incendio de tanta intensidad y que avanzaba a un ritmo tan rápido, las autoridades tuvieron que obligar a muchos vecinos a que desistieran de esa noble defensa de sus pertenencias porque ponían en serio peligro su seguridad. Afortunadamente, al margen de un operario municipal del Ayuntamiento de El Paso, que tuvo quemaduras leves en ambos brazos, no se registraron más daños personales considerables.

El espectáculo dantesco de una imponente columna de humo, que era visible desde la totalidad del Valle de Aridane, daba cuenta de la gravedad del fuego. Muchos eran los comentarios que se escuchaban ayer criticando que los helicópteros de la BRIF estuvieran en Tenerife. Lo cierto es que estos equipos, pese a tener base en La Palma, su ámbito de actuación es regional, por lo que el desplazamiento a Tenerife a primera hora de la mañana de ayer entraba dentro de la lógica de su operatividad.

Sobre las dos de la tarde empezó a operar un helicóptero del GES y, poco después, intervino un Presa, cedido por el Cabildo grancanario. Pero el fuego no dio tregua y en las primeras horas de su desarrollo cobró grandes dimensiones que llevaron al Cabildo a solicitar la declaración de nivel 2, por la que el Gobierno de Canarias se ponía al frente de su gestión.

Incontrolado, el incendio, en la última información ofrecida por el Gobierno en la noche de ayer, ya había afectado 400 hectáreas. Con la llegada de la noche, muchos vecinos seguían sufriendo con angustia la proximidad de las llamas a sus propiedades, a parte de sus vidas.