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Cestos y bollos > Benito Cabrera

Afinales de agosto tiene lugar, en el barrio icodense de Santa Bárbara, una de las tradiciones festivas más coloristas y singulares de Canarias: la Subida de Cestos y Bollos.

Los Cestos son grandes figuras que llegan a alcanzar los cuarenta kilos, formadas por una estructura de caña a la que se le añaden, de forma decorativa, frutas, verduras y tubérculos. Una vez terminados, se transportan en procesión sobre vehículos de motor, para su posterior colocación en el pórtico de la iglesia.

Las voluminosas ofrendas nos recuerdan a las míticas cornucopias, así como a los bodegones del romanticismo europeo, como los pintados por Paul Lacroix, que representan cestos de frutas como símbolo de la abundancia de la naturaleza. Por su parte, El Bollo es una masa de pan sobre la que se ensartan un sinfín de cañas con figuritas de azúcar y casi un centenar de cintas multicolores que caen hacia atrás, todo ello sobre una base de mimbre que se coloca encima de la cabeza. Doce muchachas casaderas son las encargadas de portar los Bollos, en un desfile de notable vistosidad. Es una tradición única en Canarias, aunque con referencias en otras latitudes. El alfeñique es una pasta de azúcar que se usa desde los tiempos coloniales en toda América. En México, las diferentes figuras se emplean como elemento votivo para el día de difuntos. En Colombia, para festejar el Día del Ahijado, los padrinos regalan a sus ahijados alfeñiques incrustados en un palo de maguey, adornados con cintas de colores, en forma de animales y otros artefactos como ringletes (molinos de papel).

Hoy se celebra la Subida de los Cestos y Bollos de Santa Bárbara, la fiesta de un rincón tinerfeño en la que se maridan felizmente la artesanía, el sentido votivo y la exaltación de la naturaleza.