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Cumplir el déficit > Francisco Pomares

Un reciente informe sobre la situación financiera y fiscal de las comunidades autónomas, realizado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, vaticina que Canarias será una de las pocas regiones que se acerquen a los objetivos de déficit exigidos por el Gobierno de Rajoy a las regiones. De confirmarse esas previsiones, las Islas cerrarán el presente ejercicio fiscal con un déficit presupuestario del 1,6 %, a sólo una décima de objetivo fijado, y muy cerca de comunidades como Galicia, Navarra y La Rioja, las únicas que -de acuerdo con el estudio- serán capaces de no superar el 1,5 % de desajuste entre ingresos y gastos en sus cuentas.

El informe de la Fundación está firmado por dos profesores de economía, y contiene -además de las previsiones citadas- algunos juicios de valor. El más llamativo es responsabilizar desde ya a las regiones del previsible incumplimiento de los objetivos de déficit de las Administraciones públicas por parte de España. Es cierto que las comunidades tendrán su cuota de responsabilidad en que eso suceda, pero lo es también que el esfuerzo de ajuste realizado en la mayoría de las regiones -y repercutido sobre los ciudadanos- ha sido enorme, sobre todo si se tiene en cuenta que son las regiones las que sostienen una parte importantísima del gasto social: educación, sanidad, asistencia social… A cambio, los Presupuestos Generales del Estado asumen las pensiones, la principal partida de gasto de la Nación. El Gobierno de Rajoy ha optado -al menos de momento- por no tocar las pensiones, pero las regiones han tenido que asumir con enorme rechazo social, protestas y mucha desconfianza, el cierre de quirófanos y la reducción de personal educativo.

A las Comunidades Autónomas se les ha exigido cumplir un objetivo de déficit tres veces más duro que el que se plantea el Estado en su conjunto. Era difícil que lo lograran. De hecho, desde el primer momento, todas las regiones no gobernadas por el PP -y un par de ellas gobernadas por los conservadores- alertaron de la imposibilidad de cumplir los objetivos fijados por Rajoy, en un escenario tan complicado como es el de la recesión económica. Las subidas de impuestos aprobadas por las Autonomías y la creación de nuevas tasas y figuras impositivas no han logrado siquiera enjugar la caída de la recaudación. Y los objetivos en personal -destinados a lograr una reducción del gasto de 3.600 millones, no alcanzó en el primer trimestre el 20 % de lo previsto. Hacer cuentas sobre reducción de personal es mucho más fácil que despedirlo.

Lo fácil ahora será buscar culpables de que España no cumpla un déficit que se sabía era imposible cumplir. Europa ha colocado el listón demasiado alto, y el Gobierno de Rajoy ha apretado a las Autonomías más de lo que estas pueden soportar. En ese contexto, las noticias sobre el buen comportamiento de Canarias son una anécdota feliz. El Gobierno regional volverá a presumir de estar haciendo la tarea. Pero por desgracia, eso no va a resolver nada. Ni siquiera para aflojar la presión del Estado en el 2013.