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Diego Álves detiene al Real Madrid (1-1)

ROBERTO MORALES (EFE) | Madrid

Las intervenciones del brasileño Diego Álves frenaron el ímpetu del vigente campeón, el Real Madrid, que no pasó de un empate ante un Valencia que sacó oro de su único remate entre los tres palos, un testarazo de Jonas a la red, en un duelo marcado por el calor y la discreta actuación de Cristiano Ronaldo.

El campeón de Liga arrancó con una de las pruebas más exigentes del calendario en su estadio. En pleno verano, en la presentación ante su público, pocos rivales más peligrosos que el Valencia. La tercera vía. Un equipo que cada temporada aspira a colarse en el pulso de Real Madrid y Barcelona por el título. Un proyecto bien retocado, con Mauricio Pellegrino valiente en su primera apuesta.

Se medía un proyecto hecho, como el madridista. Un equipo que ya se conoce de memoria, con los mismos automatismos. Ante uno en plena construcción con una carta de presentación atractiva.

El Real Madrid salía a imponer su ley, con la novedad de ‘Lass’ Diarra al mando junto a Xabi Alonso. No dieron ritmo al fútbol blanco. Los 35 grados eran una losa para los dos equipos. Cristiano, sin chispa, no tardó en mostrar su hambre de gol. A los dos minutos ya disparó desviado. El Valencia, atrevido con dos puntas como Jonas y Soldado, no llegaba al área rival. Vio como su rival comenzó a inquietar hasta que marcó.

No podía ser otro. A los diez minutos, el futbolista que estuvo a un paso de marcharse, Gonzalo Higuaín, recibió a su desmarque un pase picado de su compatriota argentino Di María y tuvo tres opciones de marcar. Las dos primeras las salvó Diego Álves. La tercera, a la escuadra, imparable. Se alzaba el telón en el Bernabéu, con el ‘Pipita’ marcando el gol que le convierte en el decimoquinto goleador del club superando al brasileño Ronaldo.

Al Valencia le faltaba juego porque Fernando Gago no aparecía. La conexión con los delanteros era nula, por mucho que Jonas se esforzase en buscar el balón. Guardado aparecía siempre con criterio. El balón parado era su arma. Y la asignatura pendiente del Real Madrid de Mourinho. El primer intento de Tino Costa, a los 14 minutos, no encontró rematador y se paseó por la zona de gol hasta que Casillas sacó el balón a córner.

El juego del Real Madrid perdió ritmo y el Valencia no estaba incómodo con la pequeña diferencia en el marcador. Xabi Alonso buscó el gol con un disparo escorado que rozó la escuadra y más franca la tuvo Coentrao en una acción repleta de velocidad, al primer toque entre Higuaín y Cristiano, que el lateral portugués culminó con un disparo al lateral de la red del arco.

Llevaba cuatro temporadas sin marcar el Valencia en el Bernabéu. Lo hizo a tres minutos del final del primer acto. Otra falta a pierna cambiada de Tino Costa, con una rosca que desconcierta a los defensas y que encontró la precipitación en la salida de Casillas. Jonas cabeceó a gol mientras Iker se llevó por delante a Pepe, que no pudo seguir jugando por una brecha.

En un partido limpio, el Real Madrid se iba al descanso con Casillas mareado por el golpe, Pepe lesionado y Sergio Ramos con una brecha en la frente. En la reanudación conocía bien el papel que debía asumir pero en esta ocasión le faltó puntería y se topó con uno de los mejores guardametas de la Liga.

Subió una marcha para encerrar en su terreno al Valencia. Di María perdonó la primera, en carrera, con todo para él, la pegó mordida. Reaccionó Mourinho y sacó a jugar a Benzema. Estaba prohibido comenzar fallando. Cristiano se enchufó unos minutos en la izquierda, Higuaín cayó a la derecha y Álves empezó a intervenir.

El travesaño repelió un testarazo de Higuaín a un nuevo pase de Di María. Álves respondió bien ante un zurdazo de Özil y un latigazo abajo de Benzema. Ya era el gran protagonista del partido. El Valencia había desaparecido. Pellegrino buscó el contragolpe con la entrada de Piatti pero perdió en ataque sin Soldado.

Contaba los minutos para el final mientras Álves salvaba el punto, que era oro para el conjunto che, con una nueva parada a la potencia en el disparo de Callejón. No había tiempo para más. El proyecto no renovado de Mourinho, el tercero, comienza con tropezón. Por buenos que sean los bloques siempre hay que renovarlos. Lo ha hecho el Valencia, con criterio, para comenzar ilusionando.