El Cotarro, por José Carlos Marrero

HOMENAJE A LAS Y LOS EMIGRANTES
En estos tiempos complicados que vivimos, de nuevo nuestra gente está volviendo a emigrar para buscar el necesario trabajo y fortuna fuera de las Islas… Y por varias anécdotas que les voy a contar, El Cotarro de este domingo va a ser un sincero homenaje para todas las canarias y canarios que emigraron allá por los años 40 o 50 y para todos los que en estos momentos también lo han hecho o tienen en mente hacerlo… Y lo voy a hacer contándoles la curiosa historia de un personaje que se llama Ángel Camacho Hernández, que ha estado en nuestra Isla los últimos 45 días, que precisamente hoy mismo retorna a Venezuela, y con el que Tenerife tiene una deuda pendiente…

SECRETOS DEL CHICHARRO
Si ustedes ponen en Google “Monumento al Chicharro” la dichosa Wikipedia pone que “El Chicharro o escultura alegórica al Chicharro, es una obra de bronce de un chicharro o jurel, que se encuentra en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife (Canarias, España). Originalmente la escultura fue donada a la ciudad por la Agrupación Cultural Amigos del Arte del Hogar Canario-Venezolano de Caracas, conocidos popularmente como los Liqui-Liquis como regalo a la ciudad de Santa Cruz y a la isla de Tenerife. Se instaló en 1979, en una plaza denominada precisamente plaza del Chicharro”. Pero no recuerda la Wikipedia a gente tan querida como Fernando Tauroni (que en paz descanse), su hermano Gonzalo, Enrique Plasencia, Zerpa, Lito Mesa, Trino Garriga y tantos otros, que fueron los componentes de los Liqui-Liquis que tuvieron la idea de hacer el monumento y encargaron la escultura…

LO QUE DICE… Y LO QUE NO DICE…
La sabelotodo Wikipedia sigue diciendo: “Esta estatua es una réplica de la original que fue confeccionada por los alumnos de la Escuela de Industriales de Caracas, y que fue sustraída y mutilada años atrás de su emplazamiento original, siendo sustituida posteriormente por la actual escultura. El Chicharro ha sido víctima de diversos ataques vandálicos, incluso en el año 2000 fue robado y facturado a Valencia, donde se salvó por muy poco de ser fundido por un chatarrero. A pesar de esto, la imagen original fue encontrada en muy mal estado, por lo cual se creó la réplica actual conservándose solo de la original la ola en la que parece estar saltando el pez. Los escultores Francisco Javier Rodríguez de Armas y Evelina Martín (del taller Bronzo) fueron los encargados de crear la actual escultura, la cual fue inaugurada de manera oficial el 4 de noviembre de 2003”… Pero no nombra a los verdaderos autores de la escultura, nuestro palmero Ángel Camacho Hernández y el venezolano Guillermo González Mejías (ya fallecido).

DESTINO DE UN EMIGRANTE
El palmero Ángel Camacho Hernández (Angelito, para los amigos) nació en La Palma el año 1935. Su hermano Matías Camacho (tristemente ya fallecido) había ido a Venezuela a buscar fortuna y estando allí se había casado por poder con otra palmera, Ángeles Machín (Doña Nena, para los amigos). Cuando tenía tan solo 18 años, allá que se va Ángel Camacho a Venezuela acompañando a Ángeles recién casada, para entregársela a su hermano Matías… Angelito pretendía estar solo un año en Venezuela para ganar dinero y con él, ya retornado, pagarse sus estudios en Tenerife… Pero, ¡miren ustedes cómo es el destino!, unos años después, fue Ángel Camacho el que fue a los muelles de Caracas a despedir a su hermano Matías, quien retornaba con su familia a Canarias, mientras que Angelito allí se quedó un año más, y otro, y otro… Hasta que se casó con Herminia Cabrera, una venezolana de La Pastora (Caracas)… Y allí siguen los dos y ya con nietos, puesto que sus dos hijos, Gabriel y Ángel Emilio, que nacieron allá, también están felizmente casados y con hijos…

EL ‘TITANIC’ DEL CARIBE
Y como curiosidad y para que vean cómo es el destino, sepan que el año 1961, en el viaje de retorno de Matías y Ángeles (que volvían tras años de duro trabajo con dos de sus cuatro hijos, Carmen Gladys y Matías, nacidos allá en Venezuela) el barco que les traía, el tristemente famoso Bianca C, se incendió y naufragó cerca de las islas Granadinas, perdiendo absolutamente todo lo que habían ganado y ahorrado tras años de esfuerzo… Ellos se salvaron de milagro y en lanchas fueron trasladados a las mencionadas islas Granadinas, donde más tarde fue remolcado el Bianca C que sigue hundido en las profundidades cercanas a la costa, conocido ahora con el nombre de El Titanic del Caribe y utilizado como atracción turística. Don Matías y su esposa Ángeles regresaron a nuestra isla casi con lo puesto y, partiendo de nuevo casi de cero, sacaron adelante a sus dos primeros hijos y a dos más, Ángeles Mary y Ana Teresa, que nacieron ya en Tenerife. Y mientras, Angelito, que se fue para volver en un par de años, lleva en la Octava Isla… ¡casi 60!…

EL ENCARGO DE UNA IDEA
Ángel Camacho comenzó trabajando con su hermano Matías en la Bodega, Abastos y Frutería La Económica y más tarde empezó a trabajar en la fundición Artilux, donde aprendió la base que luego le dio pie para estudiar en la Escuela Técnica Industrial Los Chaguaramos de Barquisimeto y terminar como profesor y jefe de laboratorio en la Escuela Técnica Superior José de San Martín de Caracas… Y hasta allí fueron los populares Liquis-Liquis cuando tuvieron la feliz idea de hacer un monumento para Santa Cruz y se encontraron con Ángel y Guillermo, que parieron el proyecto del chicharro… Y sepan que, para elegir el modelo final, se pasaron días pinchando chicharros frescos y dejándolos noches enteras al aire, para ver cómo se quedaban sus cuerpos de forma natural tras su paso al otro barrio… Y viéndolos cada mañana del día siguiente, comprobaban que el cuerpo se retorcía hacia arriba y que siempre aparecían con la boca abierta… En definitiva, el modelo exacto que ustedes pueden ver hoy hecho realidad.

TREMENDO FEO A LOS AUTORES
Cuando se rompió el Chicharro original, Ángel Camacho y Guillermo González, sus autores, se ofrecieron rápida y generosamente para hacer otro con los bocetos originales, con sus alumnos y en los mismos talleres de la Escuela, o para restaurar la escultura original, haciendo su trabajo de forma gratuita y pidiendo solo que les pagaran el billete de ida y vuelta para dos personas y la estancia de 15 días, tiempo en el que podrían ejecutar el necesario trabajo de rehabilitación… El ofrecimiento se hizo a través de Trino Garriga y públicamente al alcalde Miguel Zerolo, por parte del propio Ángel Camacho, en directo, en los micrófonos de COPE Tenerife… Pero, asombrosamente, lo que recibieron fue una invitación para que “se presentaran” al concurso del “nuevo” monumento al Chicharro y para el que, según las bases, tenían que hacer una maqueta que debería llegar de Caracas a Tenerife, y todo pagado por ellos… Ángel y Guillermo “declinaron” la “generosa” propuesta…

DE ROMERÍA A SANTA CRUZ
Y sepan que, conocedores de tal agravio, los miembros de la conocida Tertulia Primer Viernes de La Laguna estuvieron a un tris de promover una cuestación pública (como ya lo habían hecho para el monumento al Hermano Ramón) y financiar la reposición del Chicharro, haciéndolo en Caracas con Ángel y Guillermo, sus autores originales y en el taller original con sus propios alumnos, traerlo a La Laguna y, desde ella, bajarlo en romería hasta Vistabella, donde se le habría entregado generosamente como una donación lagunera (una más) a las autoridades chicharreras… Pero aquí se empeñaron en hacer una réplica (que está bastante bien, por cierto) pero que (con perdón) le falta haber cruzado el Atlántico… Y además, por cierto y por último, en ningún sitio aparece (ni en una simple placa) el nombre de sus verdaderos autores Ángel Camacho y Guillermo González… Hace un par de días tuve el honor de acompañar al propio Angelito a visitar la réplica de “su” obra y también el nuevo “monumento”… y terminamos comiéndonos, junto a su sobrino Matías, unos magníficos chicharros frescos en el mesón El Duque…Espero que tras este relato-homenaje a don Ángel (y a todos los y las emigrantes) alguien se sirva poner una placa en el Chicharro actual (si quieren al otro lado de la que ya tiene) recordando a sus verdaderos autores originales.