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El saqueo, germen del terrorismo urbano > Gerardo Settecase

Los hechos sucedidos esta semana en dos pueblos de Andalucía, donde grupos de supuestos trabajadores capitaneados por importantes líderes de la izquierda saquearon supermercados en nombre de la necesidad de comer, y de “expropiar a los expropiadores” (según uno de los instigadores), no es emular a Robin Hood, sino el germen del terrorismo urbano.

Así se iniciaron al acciones de las primeras guerrillas urbanas tanto en Argentina como Uruguay, Chile, Nicaragua y varios países más durante la década de los 60 del siglo pasado, y que acabaron trasformándose en asesinos de policías, civiles y militares cuya reacción fue masacrar a sus miembros de bajo perfil, en tanto que sus líderes pasaron a la opulencia económica dentro del país o en el exilio, olvidando a sus defendidos.

Así también en 1989 por primera vez, y en 2001 nuevamente, los saqueos extorsivos a supermercados en Argentina eran liderados por hombres que, con los mismos argumentos usados ahora en España por el diputado de IU y alcalde de Marinaleda y su colega de Espera, daban comienzo a la historia de fuerzas extorsivas a las que una vez utilizadas por el Partido Peronista para destruir a gobiernos del radicalismo, hoy son incontrolables.

Esos grupos, de diversas siglas (Corriente Combativa Clasista o CCC, Quebracho, Partido Obrero, etc.) tuvieron al momento de nacer líderes políticos y sociales que hoy, cuando el Gobierno de los Kirchner ya no puede controlarles y planea una lisa y llana represión, les han abandonado.

Es que esos líderes viven ya en la opulencia tras su paso por cargos de gobierno o bien aun los ocupan y reconocen, con total desparpajo, que carecen de interés por contener el descontrol que crearon, y de dar soluciones reales y definitivas a los necesitados que un día llevaron a puertas de supermercados o hasta de Mc Donalds para saquearlos.

Como los alcaldes de Marinaleda y de Espera, gestores y partícipes de los hechos, o la diputada Amanda Meyer (IU) y el secretario general del SAT, Diego Cañamero, que les justificaron alegremente, sin importarles que la historia pasada advierte de que de estos hechos a la extorsión como modo de vida, o al terrorismo urbano, hay un solo, muy pequeño paso.

gerardoctkc@gmail.com