LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz
Altruismo local como alternativa a la falta de recursos municipales. Una empresa privada de Puerto de la Cruz se ha ofrecido a derribar de forma gratuita las casetas de Martiánez, situadas al final de la avenida Colón, ante la imposibilidad económica del Ayuntamiento para hacer frente a los costes de la demolición. Sin embargo, el Grupo de gobierno (CC-PP) no ha encontrado hasta el momento una fórmula jurídico-administrativa que haga efectivo el ofrecimiento de esta sociedad ya que no existe este tipo de contratos en la Administración pública.
Ahora, el Ejecutivo local planteará en la próxima reunión del Consorcio de Rehabilitación Turística de Puerto de la Cruz la posibilidad de que este ente se haga cargo del derribo de unas infraestructuras que no cumplen ninguna función. Ante la gran demanda social generada por la “supuesta inutilidad” de estos mamotretos, el concejal de Urbanismo portuense, Sebastián Ledesma (PP), señala la urgente necesidad de destruir unas instalaciones que “afean la imagen del municipio”.
Así, el edil cree que pese a la voluntad de algunos ciudadanos por ayudar a cambiar la estampa de estos establecimientos, “el equipo de técnicos no ha encontrado una pauta para efectuar la alternativa planteada por algunas sociedades que con total desinterés quieren despejar esas casetas de una zona tan importante como Martiánez”. Además, apunta que “no podemos sacar nada a licitación que no esté cuantificado económicamente; antes de final de año esperamos tener este asunto solucionado ya que tenemos aprobado el proyecto de demolición”.
En esta línea destaca que junto con el proyecto de regeneración de la playa de Martiánez “se le daría un giro de 360 grados a la concepción de esa zona de Puerto de la Cruz”.
El responsable municipal recuerda que fue la exalcaldesa, Lola Padrón (PSOE), “quien rescató dichas edificaciones para demolerlas, pero no se hizo nada y el problema quedó pendiente de solucionarse”.
El eterno debate de su funcionalidad
Desde hace varios años, el debate sobre la funcionalidad y la utilidad de estas instalaciones ha enfrentado a políticos y opinión pública. El alcalde de Puerto de la Cruz, Marcos Brito (CC), ha dejado claro en varias ocasiones que “lo mejor sería tirar las casetas de Martiánez”, poniendo en duda su rentabilidad de cara a los vecinos de la ciudad. También, ha generado discusiones entre el grupo de gobierno y la oposición, y por encima de todo, el desconocimiento sobre la situación actual de este antiguo servicio que otrora fuera gestionado por la empresa Ródano Tenerife. En su momento, se solicitó el permiso a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, y ahora, con el proyecto de demolición aprobado, se buscan alternativas para acometer una acción que para el Ejecutivo local se antoja clave en la organización urbanística de este enclave portuense, inexorablemente ligado a la obra de regeneración de la playa.