opinión >

Instrumento básico del autogobierno de Canarias > Antonio A. Castro Cordobez

El 10 de agosto de 1982, Canarias contó al fin con su Estatuto de Autonomía. Atrás quedaron posiciones numantinas, largos debates y flecos de un pleito que consumieron tiempo y energías desde el siglo XIX. Un acuerdo generoso de las primeras fuerzas políticas, Unión de Centro Democrático y Partido Socialista Obrero Español, permitió que nuestro archipiélago, el territorio con más singularidades del Estado accediera al autogobierno.

Como la misma Constitución de 1978, el Estatuto canario implicó un esfuerzo de cercanía, comprensión y diálogo en aras del interés general y, con tres décadas en vigor, ha demostrado su utilidad como motor de desarrollo, ha permitido que, con toda normalidad, se releven en el poder gobiernos de diferente signo político y ha mantenido un sistema de equilibrios entre las islas que corrigió históricas desigualdades y recortó las diferencias de desarrollo entre ellas.

La Mesa y la Presidencia del Parlamento de Canarias y todos los diputados que componen nuestra Cámara legislativa celebran la efeméride y felicitan al pueblo canario, que, con su comportamiento ejemplar, ha permitido el arraigo y la madurez democrática con que hoy contamos y que, con el concurso de todos, nos permitirá superar las dificultades y asegurar los pilares de la sociedad del bienestar para las generaciones que nos sucedan.

*Presidente del Parlamento de Canarias