VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife
El turismo ha sido el motor económico de Canarias durante las últimas décadas. Un sector que, ahora, no tiene otra salida mas que la renovación, porque, tal y como reconocen los expertos, destinos de sol y playa con impresionantes hoteles hay en muchos lugares del mundo. En busca de las respuestas que permitan seguir viviendo del turismo pero de forma diferente se creó, hace menos de dos años, el Clúster Tenerife de Innovación Turística Turisfera donde participan todos los agentes del sector: desde los institucionales como Turismo de Tenerife o Tenerife Innova, ambos del Cabildo insular; Ashotel o la Fundación Empresa Universidad de La Laguna; hasta la asociación de rent a car, empresas consolidadas como Bahía del Duque o Iberostar, que se juntan otras nuevas y más pequeñas tipo El Cardón.
Su presidenta es María Dolores Rodríguez de Azero quien dirige, también, el parque temático Pueblo Chico y explica el motivo de la existencia de Turisfera: “Responde a la necesidad de poner la innovación al servicio del sector turístico”. Reconoce que invertir en I+D+i “no es barato y estaría fuera del alcalce del 90% de estas empresas. Lo bueno de un clúster es que todos nos unimos en proyectos comunes y esos costes bajan”. Insiste en que en las Islas tampoco se ha explotado “el talento local” y revindica que se mire al turismo desde una perspectiva múltiple porque “todos pueden aportar”.
Es de esas personas que trasmite optimismo y que, se nota, está dispuesta a cambiar para mejorar. Por eso asumió este reto. “Queremos trabajar en toda la cadena de valor del sector, desde los coches de alquiler hasta las excursiones o los hoteles”, dice.
Esta mujer llegó al turismo de rebote pues se formó en Derecho. Sin embargo, se ha imbuido en esta área y ha aprendido algo esencial: “Nunca jamás te vas a poder relajar. Tienes que ir continuamente con la ola, trabajando y cambiando porque el público va demandando otras cosas constantemente”.
“Uno de los ejes estratégicos del clúster es acercarse a los clientes de manera directa y las nuevas tecnologías nos pueden ayudar mucho: haciendo un seguimiento on-line de cómo se mueven los usuarios y qué quieren”, remarca.
Entre los proyectos que actualmente tienen en marcha destaca Effi-e Play Green, una herramienta de comunicación -en colaboración con la empresa Proyectran- que permite la gestión medioambiental de los establecimientos en varios niveles: desde una especie de contabilidad verde registrando consumos y ahorros a un juego directo con el visitante. También están implicados en paquetes de experiencias.
Con respecto a la batalla de los precios, lo tiene claro: “No podemos ir por ahí, siempre habrá alguien que sea más barato. Bajar los precios es acabar con el destino. Hay que dar otras cosas. El cliente quiere más por menos, no es que quiera pagar solo menos sino que quiere más”.