Los cooperantes españoles en Tinduf constatan las nuevas medidas de seguridad adoptadas por el Frente Polisario

EUROPA PRESS | Las Palmas de Gran Canaria

La delegación española de cooperantes que regresaron el pasado martes al territorio saharaui de Tinduf han constatado el aumento de medidas de seguridad que el Frente Polisario había anunciado con el fin de evitar posibles secuestros, por lo que han llegado a salvo a los campamentos donde están llevando a cabo el programa de ayuda humanitaria previsto.

En declaraciones a Europa Press, la vocal de la Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, María del Carmen Cabrera, ha afirmado que las medidas establecidas por el Frente Polisario para salvaguardar la seguridad de los cooperantes han consistido en el establecimiento de dos jeeps militares, tanto detrás como delante del coche en el que viaja la delegación, con el fin de mantener la seguridad durante los traslados.

También se ha erigido alrededor del Centro de Recepción un muro de seguridad, una medida que se une a las que ya se habían establecido anteriormente y que han posibilitado que la delegación lleve a cabo un programa de visitas a centros oficiales y a proyectos “esenciales” para la vida de los refugiados saharauis.

Con esta acción quieren hacer un llamamiento a aquellos que “pretenden abandonar” la ayuda humanitaria en la región, donde la situación de emergencia han asegurado que es “importante”, y que está agravada por los recortes de las ayudas internacionales en un 50 por ciento.

Por su parte, Cabrera ha afirmado que la ayuda ha de continuar y que el Gobierno español ha creado una alarma “excesiva” que “sólo beneficia a Marruecos”, por lo que el viaje se ha constituido como una forma de apoyar a los refugiados y a las nuevas medidas de seguridad adoptadas por el Frente Polisario tras el secuestro de los cooperantes españoles.

La activista ha considerado como “poco inocente” la decisión tomada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España de repatriar a los cooperantes y ha afirmado que “lo que tendría que hacer” como ex potencia colonizadora es apoyar y exigir las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) referentes a la celebración de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui “y dejar de vender armas a Marruecos”.

Asimismo, ha afirmado que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha reconocido en las reuniones mantenidas con los cooperantes que “se ha excedido” con las medidas tomadas “aunque no lo ha hecho públicamente”.

En referencia al posible riesgo existente ha señalado que en el territorio hay cooperantes de otras nacionalidades, así como de organizaciones como el Plan Mundial de Alimento que no abandonaron el territorio cuando sí lo hizo la delegación española de Tinduf.

Además, ha sugerido al Gobierno central que debería hablar previamente con el Frente Polisario o con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) “para estudiar y definir los posibles riesgos antes de llevar a cabo salidas como la que realizó, rápida y poco pensada”.

Finalmente, la activista se ha referido a las declaraciones del cooperante vasco Jesús Martínez, que admitía “ciertas complicaciones” en el territorio del Sahara Occidental, y sobre las que Cabrera ha admitido que en todos los países castigados por el terrorismo hay que tomar “ciertas precauciones” pero, agregó, que junto al refuerzo de las medidas de seguridad del Polisario son “suficientes”, por lo que no se debe sembrar la alarma social ni suprimir el envío de ayudas.

En parecidos términos se expresa la Coordinadora Estatal de Asociaciones Amigas del Pueblo Saharaui, organizadora del viaje, que sostiene que la seguridad en los campamentos de Tinduf es total.

En conversación telefónica con Europa Press desde el campamento de Smara, a unos 50 kilómetros de la localidad de Tinduf, el presidente de CEAS-Sáhara, José Taboada, explica que el grupo está “escoltado” en todo momento por la seguridad del Frente Polisario, que proteje con dos jeeps la caravana en la que se desplaza la delegación entre un campo y otro.

Duermen en el mismo pabellón del campamento de Rabuni en el que fueron secuestrados Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons en octubre pasado, vigilados por un dispositivo de seguridad que Taboada no ha podido concretar. “Me imagino que habrá vigilancia, la misma o más que hace nueve meses”, cuando el Polisario reforzó su seguridad tras el rapto de los dos cooperantes españoles, responde.

Taboada ha alertado de que la población saharaui de los campamentos se enfrenta a una nueva emergencia humanitaria, pues la Media Luna saharaui tiene poco stock de alimentos en sus almacenes. “Nos piden alimentos y material escolar. Necesitan harina, aceite, azúcar, las cosas más básicas para sobrevivir en los campamentos”, explica.

 

Regresan el sábado a mediodía

Por eso CEAS-Sáhara lanzará a la vuelta de este viaje una campaña de recogida de alimentos en España, avanza. El grupo regresará a Madrid el sábado a mediodía.

Taboada también ha adelantado que remitirán una invitación al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, para que visite los campamentos de refugiados y compruebe por sí mismo el grado de seguridad que ofrecen.

García-Margallo urgió a finales de julio la evacuación de una docena de cooperantes de los campamentos, tras confirmar una información procedente de los servicios de inteligencia sobre un plan inminente de secuestro de españoles basado en supuestas debilidades en la seguridad del Polisario.

Una semana después, CEAS-Sáhara ha organizado este viaje para demostrar su confianza en la seguridad que ofrecen los campos, al ver la mano de Marruecos tras la decisión adoptada por el Gobierno español.

Taboada ha subrayado que el movimiento solidario con el pueblo saharaui “no va a huir” de los campamentos ni van a triunfar los “enemigos” de los saharauis que quieren romper los vínculos entre este pueblo y la sociedad española.

Coincidiendo con este desplazamiento de CEAS-Sáhara, varios cooperantes de la ONG Médicos del Mundo –que accedió a ser evacuada tras la alerta de Exteriores– han regresado a los campamentos. No viajarán con el resto del grupo a España el sábado, sino que han vuelto para quedarse y retomar sus proyectos, ya que la atención médica que ofrecen a los refugiados no la pueden llevar desde la distancia.