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Los vecinos se vuelcan con su pueblo

Con la carretera cortada, el mar fue la única vía de salida. / DA

J. MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Los vecinos de La Gomera llevan ya más de diez días viviendo una auténtica pesadilla. Desde que el pasado día 4 de agosto se inició el fuego que asola aún esta Isla, muchas han sido las poblaciones que se han visto obligadas a ser evacuadas. Uno de los casos más extremos fue el del municipio de Valle Gran Rey, ya que los fuertes vientos y la orografía provocaron que, en pocos minutos, el fuego se extendiera rápidamente, ocasionando que muchos residentes tuvieran que dejar atrás sus casas y alojarse o en los albergues habilitados en la zona o, incluso, en la capital gomera.

En estas difíciles circunstancias, lo cierto es que tanto los paisanos del pueblo como los vecinos de otros municipios se volcaron para, en la medida de lo posible, intentar paliar el sufrimiento que suponía dejar su hogar atrás y no saber qué era lo que se iban a encontrar a la vuelta.

Muchos residentes a título individual, comercios, restaurantes y otro tipo de negocios colaboraron para intentar afrontar esta situación. Y de hecho, aún se siguen volcando en retomar cuanto antes la normalidad. Dos ejemplos de las diversas muestras de solidaridad es el caso del Hotel Gran Rey y el barco de excursiones Tina, quienes de una y otra manera improvisaron para ayudar en lo que podían.

Desde el pasado viernes, cuando comenzaron los desalojos en el municipio, el Hotel Gran Rey ha ofrecido entre 80 y 150 almuerzos y cenas a diario, además de albergar, también de forma gratuita, a un grupo de la Guardia Civil que participa en las labores de extinción. Además de facilitar alimentos y agua, también ha suministrado en estos días otro tipo de materiales, como toallas, a los dos albergues habilitados en la zona, explicó a DIARIO DE AVISOS el director del establecimiento, Alberto San Martín. “Nuestra preocupación no solo era atender debidamente a nuestros clientes, sino también intentar ayudar a los vecinos evacuados”, indicó. Además, resaltó la “profesionalidad” de sus empleados, ya que “aunque algunos también habían sido desalojados y no sabían cómo estaban sus casas, vinieron a trabajar”.

De esta manera, el Hotel Gran Rey afrontó uno de los problemas que se ponía de manifiesto en el municipio, ya que al estar cortada la vía de acceso al núcleo principal de este, muchos comercios vieron reducidos sus suministros. “Nosotros no tuvimos ningún problema en este sentido; hubo un conato con algunos alimentos, como las verduras y el gas, pero hemos podido afrontarlo y, de hecho, en estos días, una vez abierta la vía, se prevé que nos llegue todo lo necesario”. Como anécdota, el director del establecimiento apuntó que tras la puesta en servicio de la carretera “lo primero que nos llegó fue la cerveza”. El director del Hotel Gran Rey indicó que ahora el problema recae en las consecuencias que pueda acarrear esta situación a una isla que “vive del turismo”. De momento “llevamos contabilizada la anulación de unas 14 habitaciones, pero los efectos podrían ser mayores puesto que no se sabe cuántas personas estaban barajando la posibilidad de elegir La Gomera como destino”, aseveró. Del mismo modo sugirió a las administraciones implicadas que se potencie el resto de virtudes de la Isla, para “intentar que los efectos no sean tan negativos”.

Otra de las empresas locales que se volcó estos días con vecinos y turistas fue el barco de excursiones Tina. Así, el patrón de la nave, Jesús Medina, relató que desde el sábado se pudieron desplazar más de 700 personas desde Valle Gran Rey a San Sebastián y viceversa. “Muchos eran turistas que tenían pasaje para irse de la Isla; otros simplemente querían dejar el pueblo por el miedo del fuego y algunos eran vecinos de Valle Gran rey que se encontraban fuera”, aseguró. Estos dos ejemplos son una parte de todos aquellos que han puesto su granito de arena para intentar que estos días la solidaridad triunfara frente a la desgracia.