NANA GARCÍA | Santa Cruz de Tenerife

En la era 2.0, la subida del IVA (IGIC en Canarias), la amenaza del gigante chino que ha desequilibrado el mercado y la drástica bajada del poder adquisitivo de los consumidores, la moda española vive un momento de indudable esplendor. Diseñadores y el sector textil aguzan la imaginación para lograr el respaldo que les permita seguir subsistiendo. Todos quieren dar con el ‘método Balenciaga’.

En Canarias, el volumen estimado de negocio de este campo alcanza los 21 millones de euros, según los últimos datos del ISTAC. Por ello, nuestra comunidad autónoma es la Invitada en la 68ª edición del SIMM del 1 al 3 de septiembre, una experiencia de la que dan cuenta en estas páginas (vía telefónica) los diseñadores Juan Carlos Armas y Marco Marrero y María Díaz, M&M, que participan en el evento de la mano del programa Tenerife Moda del Cabildo.

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“Apostamos por que la moda se convierta en un ‘todo vale”

Marco Marrero y María Díaz, diseñadores de la firma M&M que presenta vestidos de novia y prêt à porter de fiesta

-M&M es una de las firmas canarias veteranas en los grandes eventos de la moda europeos. ¿Qué experiencia han adquirido desde su primera vez a finales de los noventa y qué han incorporado a su trabajo?

“Además de incorporaciones técnicas, sí que nos hemos acostumbrado a poner los pies en la tierra a la hora de crear. Eso es lo que nos ha resultado difícil, porque estábamos acostumbrados a crear sin límites y a poder trabajar con los materiales que quisiéramos y como quisiéramos y ahora tenemos que adaptarnos a unas normas, sobre todo económicas”.

-Si bien su característica es apostar por la feminidad a través de sus creaciones, ¿qué aportarán al SIMM?

“Las líneas de colección de esta temporada tienen mucho que ver con nuestra trayectoria. Además, sabemos que el producto ha tenido éxito y lo que no queremos es que haya un cambio. Por ello, sin perder la esencia de nuestra firma, hemos intentado que los precios sean un poco más bajos. También es una colección un poco más corta y siempre jugando con que la fiesta se pueda convertir en novia y la novia se pueda convertir en fiesta”.

-La firma siempre ha apostado por la expansión desde Canarias hacia fuera. Ahora, las grandes marcas españolas están cerrando sus tiendas en Madrid para ofrecer sus colecciones a través de la red. ¿Beneficia o perjudica esto a M&M?

“Vendemos en multitienda en la Península, en Europa y en todo el mundo, de hecho, donde más trabajamos es para los Emiratos Árabes y ahora estamos intentando entrar en Sudamérica. Nos encantaría poder incluir nuestros productos en Brasil, en Miami, en Colombia, que son los países emergentes, por lo que queremos aprovechar que vamos a estar en la Semana de la Moda de Nueva York en abril de 2013 para dar el saltito a Sudamérica, que es el único que nos queda por tocar. De todas formas, por primera vez, aunque no es el momento, vamos a abrir tienda propia en Santa Cruz”.

-¿Cómo llevan la preparación de la colección que presentarán en Nueva York?

“Asfixiados. Estamos asfixiados con la de Madrid, imagínate con la de Nueva York”.

-¿Han tenido que desechar algún trabajo o, por el contrario, les ha beneficiado?

“Antes dejábamos el mes que teníamos que preparar la colección para dedicarlo exclusivamente a eso, pero ahora no nos podemos permitir el lujo de decir no, por lo que tenemos que atender todo: taller, producción, preparación de prototipos y todo a la vez. En el Puerto de la Cruz se suele decir que cuando hay marea, golpe a la lapa”.

-En el mundo de la moda se habla últimamente de que todo va muy rápido y, con la influencia de las nuevas tecnologías, el calendario de la moda está diluyéndose. ¿Creen que habría que replantearse la forma de presentar al público las colecciones?

“La moda lo que tiene -aunque a nosotros en fiesta y en novia no nos influye tanto- es que es perecedera muy rápido, lo que da miedo, porque en estos tiempos difíciles no quieres invertir tanto. Por lo que apostamos es por que la moda se convierta en un todo vale, y a eso sí que estamos llegando. Ya la gente no está marcando tanto las tendencias exageradamente. Bastante se está indagando en eso, no hace falta replantearse nada porque en realidad no solo está hecho todo sino que cada uno hace lo que le da la gana. Lo que tiene que hacer cada firma es replanteárselo desde dentro porque todo vale”.

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“Ahora el diseñador maneja los hilos de su imagen”

Juan Carlos Armas, creador de la firma que lleva su nombre de alta moda de fiesta para mujer

-¿Qué espera la firma Juan Carlos Armas de esta participación en el 68ª Salón Internacional de la Moda de Madrid?

“Bueno, lo más importante es estar presente en una feria como la de Madrid, mostrando el trabajo que realizamos y sobre todo como escaparate para seguir intentando lanzar el producto. Un producto que es más selectivo, de terminaciones más especiales, con mucha calidad y buenos tejidos”.

-Este año apuesta por la feminidad con Fetiche, un nombre arriesgado. ¿Para una colección también arriesgada?

“La verdad es que la colección es arriesgada siempre por el hecho de ser una colección de alta moda, donde los materiales son bastante ricos: hay mucha tela de encaje bordado, mucha gasa, mucho plisado checo… es un producto bastante selectivo y caro. Estamos intentando conquistar mercados distintos con trajes de noche de fiesta y de cóctel en líneas muy depuradas, a la vez muy simples, pero que tienen muchísima feminidad”.

-¿Qué mercado es entonces el que busca su firma?

“Lo que estoy buscando es un público de un alto nivel adquisitivo porque las prendas son más delicadas y no se pueden conseguir en cualquier tipo de tienda, un cliente que busque ese traje personificado, y, sobre todo, una línea que tenga una cierta exclusividad”.

-Los diseñadores y establecimientos especializados en moda y estilismo comentan que la crisis ha cambiado el gusto del consumidor, que ahora busca pagar solo exclusividad, aunque sea un poco más caro. ¿Ha notado esta tendencia?

“Sí, por supuesto. Quien compra un vestido de Juan Carlos Armas sabe que se trata de series limitadas, que están hechos con muchas horas de costura y, sobre todo, con una calidad extrema. También es verdad que con el tema de la crisis económica pasa al contrario, los diseñadores apostamos más. Eso se vio en la época de Dior, cuando lanzó el new look. En estas épocas siempre intentamos reinventarnos y superarnos nosotros mismos. Es el único aliciente que nos queda, ya que trabajamos con muchos meses de anticipación para mostrar lo que queremos vender. Pensamos que tenemos que tener la ilusión de que todo puede cambiar y que aún hay campo para todo: para las firmas, para las multimarcas y, especialmente, también para los diseñadores”.

-Las nuevas tecnologías han marcado el calendario de la moda en los últimos años. ¿Cómo beneficia esta tendencia a una firma isleña como Juan Carlos Armas?

“Todo va en beneficio. Las nuevas tecnologías han hecho posible que nuestro producto se conozca muchísimo más a todos los niveles. El mundo sigue girando y nosotros nos tenemos que adaptar a los nuevos tiempos y si internet puede ser una ventana abierta al globo para mostrar tu producto, bendito sea, porque es una forma de llegar más rápido a muchos más sitios que antes, ya que la única manera que tenías era a través de los medios de comunicación, que salía mucho más caro. Ahora puedes ser el que maneja los hilos de tu imagen”.

-En todo caso, ¿no cree que con esto se pierde el aspecto romántico de ver y tocar el producto?

“No, hay campo para todo. Está internet y luego está el taller donde alguien te viene a pedir ese traje especial, ese traje que quiere que sea un modelo exclusivo, que quiere ver y vivir cómo va formándose y terminándose la creación”.

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