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Por fin, el Plan General> María Fresno

El PGOU ya ha salido de Santa Cruz. Ni Felipe Campos ha podido impedirlo. Ahora está en manos del Gobierno y solo falta que éste lo ratifique. Los empresarios pidieron esta semana a la Comisión de Ordenación del Territorio (Cotmac) que lo apruebe porque, entre otras cosas, es “esencial” para la reactivación económica de la ciudad y para el empleo. Ordenar urbanísticamente una ciudad como Santa Cruz no es tarea fácil. Por eso es necesario que, de una vez por todas, se dejen atrás los innumerables impedimentos que ha tenido este documento, y se de paso a un mercado donde los empresarios sepan a que atenerse.

Canarias tiene un campo urbanístico colapsado, con una maraña legislativa muy compleja, a veces imposible de superar, y que no motivan, en nada, a la inversión privada. A todo esto hay que unir la exagerada judicialización de los planes generales que se topan con barreras legales que dejan a los constructores parados, con proyectos empresariales bloqueados, y a la espera de licencias de obras y sin crédito.

Sacar adelante el Plan General de Santa Cruz, como cualquier plan del resto de municipios de Canarias, no solo aporta beneficios económicos a la localidad, sino que proporciona empleo. Los retrasos que sufren todos los planes, concretamente el de Santa Cruz, asfixian a los empresarios cuyos proyectos tienen que esperar años. El Gobierno, en este caso, debe tener en cuenta la cantidad de iniciativas empresariales que llevan bloqueadas en la capital por los innumerables problemas que ha tenido el plan general de Santa Cruz. En cuanto al empleo, basta con mirar las cifras del paro para comprobar la cantidad de empresas que han cerrado a la espera de que un proyecto se pusiera en marcha. Y es que cualquier iniciativa urbanística, no solo da beneficios al gran constructor, sino al electricista, carpintero, fontanero, enfoscador, al que monta la cocina…

Es importante que en un momento como el actual, donde la construcción cae en picado, llegue un poco de aire fresco a Santa Cruz y comiencen a marchar todos esos planes urbanísticos paralizados desde hace años, y que darán empleo y reactivarán la economía de la ciudad, asfixiada por el yugo de la crisis.