NICOLÁS DORTA | Arona

La tranquilidad reinaba aparentemente en la urbanización Llano del Rey hasta que llegaron los ocupas, que están “por todos lados”. Esto es lo que opinan los vecinos de esta zona del casco de Arona, cansados de denunciar la situación de inseguridad que soportan sin que nadie les haga “caso”, dicen. Este no es un asunto nuevo, el Ayuntamiento de Arona y las fuerzas de seguridad ya saben lo que está pasando, pero la ley en materia de ocupación de viviendas tiene su proceso, que beneficia más a unos que a otros.

Los vecinos comentaban ayer a DIARIO DE AVISOS que la situación se ha vuelto “insostenible” sobre todo con algunas de las personas que ocupan estas casas, de protección oficial, abandonadas, sin adjudicar 24 años después de ser construidas. Un fracaso más del boom de la construcción.

Pero es que allí viven familias sin recursos, algunas de ellas con menores, amparándose en la protección que tienen por ley estos niños. No tienen dónde ir y ese es su único hogar de momento. El Ayuntamiento inició en su día un expediente de desahucio que al parecer se ha quedado estancado en los juzgados. El agua y la luz tampoco la pagan y de parte de la comida se encarga Servicios Sociales. Ya el pasado abril hubo un conflicto entre la Policía Local y estos vecinos por una avería en la red de agua que obligó a cortarles el suministro que no abonaban. “Nosotros respetamos que tengan menores, pero lo que no aguantamos son las condiciones en las que está el barrio, con la inseguridad, con trapicheos de drogas y este tipo de cosas que no queremos ni para nosotros, ni para nuestros hijos”, aseguran los vecinos. “Esta zona ya no es la misma, tenemos miedo, algunos hasta nos han amenazado”, dice uno de los afectados, que espera pronto un pronunciamiento de la Justicia para el futuro de estas personas. Así, la palabra de un juez será la clave para definir el destino de Llano del Rey.