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Que veinte euros no es nada…

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La afición del Club Deportivo Tenerife fue mayoría en el Antonio Domínguez. / FRAN PALLERO

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Los Cristianos

El enorme calor de ayer en el Antonio Domínguez acabó de un plumazo con todas las polémicas que se podían haber generado a lo largo de la semana. Ni los veinte euros de la entrada, ni los roces entre algunos jugadores y, mucho menos, el partido del Trofeo Teide: lo importante era el calor.

Con una sensación térmica cercana a los cuarenta grados y un sol de justicia muchos se perdieron el primer gol del encuentro al estar aún buscando bebidas en las cantinas para intentar mitigar el calor de la mejor manera posible.

Era la venganza del Tenerife después de que se hubiera hablado tanto del encuentro en La Orotava. Los de Álvaro Cervera se encontraron cómodos en todo momento al verse claros dominadores de un encuentro en el que también en la grada su afición llevó la voz cantante. Voz que fue utilizada para recriminar a Pepe Barrios el precio de las entradas e incluso pedir al bueno del presidente marinista que presentara su dimisión. Barrios, hombre de fútbol, no solo encajó bien la crítica sino que al término del encuentro acudió en persona a agradecer la presencia a los seguidores.

Es curioso, porque Barrios ya había advertido que el de ayer era el único encuentro con el que su club podía recaudar algo de dinero, pero en el Tenerife no se entendió de buena manera que los familiares y amigos de jugadores y directiva tuvieran que pasar por caja. No deja de ser paradójico, porque eso mismo es lo que piden a sus seguidores y que yo sepa tampoco le preguntan si les resulta caro el precio de las localidades que deben pagar.

Más allá de cuestiones técnicas valió la pena pasar tanto calor para ver, entre otras cosas, a nuestros currantes del balón, Balduino y Aarón Muny, pelear cada pelota como el resto de sus compañeros antes de reconocer sin tapujos la superioridad de su rival una vez de camino a los vestuarios o, también, ser testigos in situ de que Cristo Martín va para jugador importante en el bando tinerfeñista.

Una pena para todos que no más de 3.500 espectadores se dieran cita para presenciar un encuentro histórico. Lástima para los visitantes que no pudieron contar con más seguidores en sus gradas y para los locales que no lograron recaudar lo esperado. Quizás con un precio algo más bajo…