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Voluntarios las 24 horas

Las incidencias más atendidas fueron las relacionadas con las medusas. / FRAN PALLERO

Reportaje fotográfico: Fran Pallero

NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife

Más de 120 incidencias sanitarias, 62 ayudas al baño o 20 servicios para encontrar a menores perdidos en la playa, son algunas de las 232 actuaciones que llevaron a cabo los voluntarios de Protección Civil de Santa Cruz de Tenerife durante los 40 días que estuvieron cubriendo el servicio de vigilancia de la playa de Las Teresitas. Con un total de 14 personas y desde las nueve de la mañana y hasta las siete de la tarde, aseguran los usuarios que la playa no había estado tan vigilada desde hace años. Una labor que siguen prestando y a requerimiento del área de Medio Ambiente municipal para que, en los días de mayor afluencia a la playa o de altas temperaturas -como las del fin de semana pasado-, puedan servir de apoyo a los miembros de Cruz Roja que ya se han hecho cargo del servicio desde el pasado 10 de julio.

Santiago Carlos Martín es el jefe de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil en Santa Cruz y se ha encargado de coordinar al equipo que, durante casi mes y medio, ha estado presente en Las Teresitas y de manera totalmente altruista. Como coordinador del dispositivo destaca que una de las mayores satisfacciones de este servicio fue el recibimiento de los usuarios, “a muchos les llamó la atención tanta presencia de personal de vigilancia. Nosotros colocamos a dos personas por cada una de las entradas de la playa durante todo el horario y ninguna pareja abandonaba su área sin que llegara su relevo de forma que el bañista siempre tenía a alguien que le atendiera”. Además contaban con una ambulancia y dos motos para patrullar, incluso por los aparcamientos de la playa.

Intervenciones

La actividad que más tiempo les llevó fue la relacionada con la atención de picaduras de insectos y medusas y, también, las relacionadas con erosiones y traumatismos: “La mayoría eran consecuencia de caídas o golpes en la zona de la escollera, uno de los puntos de principal vigilancia porque los usuarios tienden a ir nadando hasta la allí y subirse a las piedras”, explica el coordinador de los voluntarios, quien añade que el problema está en que “la gente llega y no se queda quieta y se ponen a saltar de un lado a otro, con el consecuente peligro de caída”.

Entre las curiosidades que los voluntarios registraron en el parte diario de incidencias, y a las que probablemente también tendrá que hacer frente Cruz Roja, están cosas como la aparición de un pez globo muerto en la orilla, quejas de los usuarios porque había gente jugando a la pelota, el recordar a los bañistas que no pueden acceder con el perro a la playa o señalizar un hueco de hasta 1,5 metros de profundidad que realizó algún usuario. También tuvieron que hacer frente hasta 18 traslados a centros sanitarios por diversas causas.

Para el coordinador de estos voluntarios, la experiencia, aunque desagradable en algunos momentos, como la muerte de una persona el último día de servicio, también ha sido gratificante e incluso le ha permitido mejorar su formación: “Una de las cosas que he aprendido con este servicio es que los niños, cuando se pierden, siempre aparecen en lado opuesto de donde desaparecieron”, explica entre sonrisas.

Formación

Cuando se le pregunta al jefe de la unidad de Protección Civil de Santa Cruz qué hace falta ser voluntario, la respuesta es clara: “Se necesitan ganas”. Añade que “no queremos un superman, porque si no viene o no está cuando lo necesitamos para qué lo queremos. La formación y las cualidades son importantísimas pero la disponibilidad lo es más” aunque matiza que “es bien recibido cualquiera”.

Santiago Carlos Martín se siente muy orgulloso de los 90 voluntarios con los que cuenta Santa Cruz, “la gente que estuvo en el dispositivo de la playa, una vez que terminaban, seguían cubriendo otros servicios como procesiones, fiestas, eventos deportivos”, porque como explica el jefe de la agrupación de Santa Cruz, se han convertido en un apoyo fundamental para el área de Seguridad Ciudadana, echando una mano a la Policía Local allá donde hace falta. “Es muy complicado cubrir los servicios de esta ciudad y no hablo solo de los actos programados sino de urgencias como el oleaje de San Andrés o un incendio”, dice.

Servicios

Una de las actuaciones que Protección Civil ha comenzado a realizar, además de su presencia en actos como procesiones, eventos deportivos o urgencias, es la de ayuda a los mayores que viven solos, “es algo que se da cada vez con más frecuencia, abuelos que viven solos y sufren algún tipo de percance”, señala Santiago Carlos Martín. “No hay servicio para eso, continua, porque no es un asunto sanitario, tampoco policial y los servicios sociales no tienen personal suficiente para atender este tipo de casos”. Así, si los voluntarios que están de servicio en cada momento acuden a los domicilios a recoger al abuelo y cerciorarse de que está bien.

Avanzando de la mano de las emergencias

Santiago Carlos Martín lleva 12 años siendo voluntario 24 horas de Protección Civil, un tiempo en el que ha visto cómo las funciones de este voluntariado han ido cambiando y viéndose reforzadas legalmente. “Hemos caminado, por desgracia, de mano de las emergencias como la riada del 31 de marzo o la tormenta tropical Delta”, actuaciones que han servido para mejorar su preparación. “Contamos con una central de 24 horas, medios, hemos firmado convenios con Medioambiente para prevención y concienciación e incluso hemos preparado un pequeño camión con una bomba para actuar ante emergencias relacionadas con el fuego”. Asegura Santiago Carlos Martín que el voluntario tiene que “saber un poco de todo para minimizar los daños”, aunque matiza que “nuestra función es informativa, de asesoramiento, valoración del riesgo y comunicación a las autoridades competentes”.

Santiago Carlos Martín, 12 años como voluntario las 24 horas. / FRAN PALLERO

Esta labor se vio reforzada el pasado diciembre cuando, “nuestro alcalde y la concejal de Seguridad Ciudadana, después de 12 años, sacaron un decreto en cuanto a nuestras competencias en cuanto al tráfico”. Según explica el jefe de Protección Civil, “yo no puedo ponerme a ordenar el tráfico pero sí que puedo cerrar una calle al tráfico y desviarlo. Mi misión es llamar al jefe de policía, decirle que hay un problema y pedirle que mande agentes y mientras tanto voy desviando el tráfico”. En el caso de actos organizados, es la policía local la que, previamente, se reúne con Protección Civil, “nos dan el servicio ya montado como en Semana Santa, Cabalgata de Reyes o las procesiones de todos los barrios”.