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¿Rubalcaba?, te lo regalo > Juan Henríquez

También por aquí decimos: te lo cambio por unos alicates viejos. A mí me la suda el que quiera mirar para otro lado porque no le interesa enfrentarse a la realidad por la que puede pagar un alto precio, pues allá él con su conciencia y respaldo a un inútil y machacado secretario general del PSOE, y jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados. Y le diré, por sí todavía no se ha enterado, que el PSOE está en las horas más bajas de toda su historia, y mira que ha habido momentos difíciles en un partido que cuenta con 124 años de existencia, pues imagínese Rubalcaba que no tiene más del 12% del apoyo popular, ni más del 17% de los militantes del PSOE; dicho de otra manera, el único respaldo interesado que tiene Rubalcaba es, de una parte, todos los próceres anclados en el aparato del partido, y de otra, los cargos públicos con dedicación exclusiva, es decir, los inquilinos del erario público.

Pero si los militantes no son capaces de influir en el interior del partido para que las perspectivas de cara a las próximas elecciones cambien, o la opinión pública presiona para que Rubalcaba no sea nuevamente candidato a la presidencia del Gobierno español, ocurre que el bipartidismo y las listas cerradas permiten a políticos fracasados en las urnas, repetir hasta que el que está en el Gobierno pierda el poder; caso de Rajoy, que lo intentó hasta en tres ocasiones, perdiendo en las dos primeras intentonas y ganando en la tercera, y no gracias a méritos propios, sino, por un lado, a la quemada de Zapatero frente al Ejecutivo que presidió, y a la estafa electoral del PP por la que lograron la mayoría absoluta. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, y a los hechos me remito.

Tengo la sensación, y ojalá que me equivoque, de que la intención de Rubalcaba, y eso explica que no se haya marchado a casa y además esté jugando el papel de comodín de los latifundistas y beatos del PSOE, es, claro está, pensando en que el desgaste de Rajoy le permitirá ser el próximo inquilino de La Moncloa, llegar a la presidencia. Y, aunque no hay antecedente en el POSE de que un candidato derrotado en las urnas, hablando de elecciones generales, repita, Rubalcaba puede ser el primero en apuntarse a algo tan esperpéntico y antisocialista como desafiar la voluntad popular que le retiró el apoyo en las urnas.

El que Rubalcaba sea, otra vez, el candidato del PSOE me la refanfinfla, o me la trae floja, porque en calidad de socialista y librepensador, lo que significa que no estoy sujeto a la disciplina de partido, puedo elegir cualquiera otra opción de la izquierda plural que más coincida con mi ideología.

Y no sé por qué, pero me da la sensación de que muchos votantes del PSOE coinciden con lo expuesto. Aunque pensándolo bien, en el caso de que los pesoistas celebren primarias para elegir al próximo candidato, o candidata, a las próximas generales, harían bien en evitar que fuera Rubalcaba el cabeza de cartel, porque, además, tiene, más allá de la ética, algo insalvable: ha perdido la credibilidad ante los españoles.
¡Rubalcaba no, gracias!

juanguanche@telefonica.net