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La red social de los agricultores

RED SOCIAL AGRICULTORES
Los investigadores José Miguel del Real y José Ramón Jurado, en un laboratorio del CSIC. / JAVIER GANIVET

VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Los tópicos hace tiempo que se rompieron en el mundo de la investigación agraria. Gran parte de los científicos de esta rama hace años que abandonaron la exclusividad de sus laboratorios y se manchan las botas de barro para resolver los problemas cotidianos de los que viven de la tierra: plagas, sequías o tormentas pueden acabar con un cultivo entero e, incluso, con un sector al completo.

Muchos investigadores están trabajando, tanto en el campo como en sus laboratorios, para dar soluciones reales a los agricultores. Uno de los problemas es que, muchas veces, los centros de investigación están lejos del día a día agrario y no existe un traspaso de información que permita una colaboración mayor. Por ello, se crea EVA que son las siglas de Espacio Virtual Agrícola.

Se trata de un proyecto coordinado desde el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y liderado por José Miguel del Real, José Ramón Jurado y Sebastián Jiménez.

Un proyecto pionero que se sirve de las nuevas herramientas de la comunicación para tener un foro activo donde los agricultores pueden plantear sus dudas y ser respondidos, sobre la marcha, bien por otras personas del sector bien por instituciones o investigadores. Es una red social que se convierte, además, en el perfecto termómetro de la realidad agraria y promueve que los científicos avancen en líneas de trabajo específicas.

El investigador José Ramón Jurado explica que el proyecto EVA está “basado en el nuevo cooperativismo horizontal, transversal y transparente”. Con respecto a los problemas actuales, responde que “uno de los asuntos que más preocupa en el foro -formado especialmente por agricultores de la medianías ecológicas y ecoagrícolas de Tenerife- es la plaga de la polilla guatemalteca”. Algo que no se queda solo en la lucha contra el bicho sino que es “importante para poder exportar la papa con denominación de origen, ya que se trata de un producto muy atractivo para el mercado como es la papa negra”.

Desde el IPNA se recibe esta información de manera directa por los afectados, y se le “da asesoramiento científico” pero también “estudiamos el asunto a medio y largo plazo” porque “en cualquier trabajo que se haga con un proceso científico se necesita, al menos, un año para obtener resultados tras hacer los análisis de suelos y resto de elementos correspondientes. Otro de los puntos débiles de este sector es el gran consumo energético. En este sentido, el grupo del IPNA trabaja en ofrecer soluciones a los campesinos: “Vemos que les interesa muchísimo las renovables”, insiste Jurado y recuerda que hay una preocupación ante la instauración del próximo decreto estatal en este área.

“Esto preocupa muchísimo al sector agrícola, porque afecta al que quiere instalar un aerogenerador o una fuente fotovoltaica”, dice. La efectividad de la red EVA está precisamente en que el IPNA-CSIC abra líneas de investigación en base a estos asuntos prioritarios y, por ejemplo, realiza pruebas de modelos energéticos alternativos en las fincas que se demande y ya están preparando convocatorias para entrar en proyectos financiados por la Unión Europea.

Otro trending topics de esta red social para agricultores es la brotación en los viñedos. Jurado explica que “como no hay gradientes de temperatura suficientes para que la brotación se lleve a cabo, se utiliza un compuesto basado en cianuro para que se produzca la misma pero que es tóxico para el que lo distribuye”. Por ello, el centro de investigación está estudiando alternativas de carácter químico, físico y biológico. Este asunto también esperan convertirlo en un proyecto europeo para toda la Macaronesia.

En definitiva, científicos y agricultores en la misma dirección. Gracias a todo lo que se comenta en la red social EVA. Una herramienta horizontal que se mueve virtualmente.