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Un acusado de matar a su exmujer dice que fue ella la que le pegó con cadenas

EUROPA PRESS | Madrid

El acusado de matar a su esposa en marzo del año pasado en Fuente El Saz del Jarama ha afirmado en el juicio que se celebra por el caso que era ella la que llevaba el cuchillo el día de los hechos y ha negado que la esperara dentro de su finca para abordarla y matarla, tal y como apunta el fiscal y señalan las investigaciones policiales.

El acusado, Vicente S.S., de 58 años, está siendo juzgado estos días en la Audiencia Provincial de Madrid por presuntamente matar con seis puñaladas a su esposa Merily W., de 52 años, el día 7 de marzo de 2011 en la localidad madrileña de Fuente El Saz.

Tras la composición del jurado popular, conformado por once personas, Vicente ha declarado que tras más de 30 años de convivencia y dos hijos, su relación conyugal se deterioró y que ya no vivía en la casa familiar.

La mujer interpuso dos denuncias en 2010 y 2011 contra su marido y un juzgado de Violencia sobre la mujer dictó una orden de alejamiento de 500 metros y posteriormente de todo el pueblo por amenazas telefónicas de muerte para impedir que el hombre se acercara a su mujer.

Pese a ello, el acusado ha reconocido que el día 7 de marzo acudió al domicilio donde vivía su exesposa “con la intención de arreglar las cosas”. No obstante, niega haber cortado la valle de alambre de su parcela para aguardar su llegada durante toda la noche, al igual que niega que portara un cuchillo para abordarla con la intención de matarle.

Así, en su declaración, el encausado ha relatado que estando esperando en la puerta de su casa vio cómo su exexposa salía de la vivienda de al lado, donde vivía su hija, y se dirigía a entrar a su casa. “Ella me vio perfectamente que estaba allí e iniciamos una conversación”, ha añadido.

A continuación, según su relato de los hechos, la fallecida procedió a retirar las cadenas de la casa y le golpeó con ellas. “Sacó entonces un cuchillo del bolso, me asusté, y al coger la cadena ella cayó sobre el asfalto. Yo caí sobre ella y me hice con el cuchillo”, ha señalado.

A partir de ese momento Vicente ha manifestado no recordar nada y salir del lugar de los hechos “muy confuso”. Según ha explicado, encendió la tele, vio las noticias sobre la muerte de su mujer y decidió entregarse “voluntariamente” a la Guardia Civil a las 14 horas.

La versión del acusado contrasta con la declaración previa de su abogada de oficio, que apuntó que su defendido se considera culpable de quitar la vida a su mujer y “se arrepiente profundamente” de lo sucedido.

La letrada del encausado ha postulado que la muerte se produjo en un momento de ofuscación y arrebato, “por lo que no fue premeditado” y, por ende, no se trataría de un asesinato, como pide la Fiscalía y la acusación particular, sino de un homicidio.

La defensa también ha argumentado que Vicente donó la parte correspondiente de su vivienda conyugal a su hija y que desde entonces “se quedó sin nada” y estaba pasando por un depresión. “Me habían prometido que después de la donación iba va volver a casa”, ha subrayado durante la vista oral del juicio el presunto asesino.

El acusado también ha dicho que no había maltratado, pegado ni amenazado de muerte nunca a su mujer y que hacían una vida “como cualquier matrimonio”. También ha negado que vigilara previamente a su mujer o que hubiera ido a su casa hasta tras la orden de alejamiento.

Por su parte, el fiscal ha desatacado que el encausado utilizó unas tenazas para entrar en la finca, que luego fueron intervenidas por la Guardia Civil en la casa de Vicente después de que él mismo le dijera dónde estaban. También llevó al lugar de los hechos, según ha proseguido, un cuchillo de 25 centímetros de largo y 25 milímetros de fijo, un arma que luego fue encontrada por la Benemérita.

El Ministerio Público ha sostenido que el hombre no se entregó, sino que llegó a su casa tras el asesinato para quitarse la ropa manchada de sangre y que después fue localizado y arrestado por la Guardia Civil. Igualmente, ha insistido en que hizo caso omiso a la orden de alejamiento que tenía en vigor sobre su exmujer y que en el momento de los hechos no estaba afectado por ninguna enfermedad o trastorno metal que le impidiera distinguir entre el bien y el mal.

El fiscal ha pedido una pena de 19 años y medio de cárcel por el asesinato de Marylin con agravante de parestesco y reincidencia, así como por el quebratamiento de condena, mientras que la acusación particular pide una pena de 25 años de prisión. En la sesión de mañana declararan los hijos del matrimonio.