M. H. L. | Santa Cruz de Tenerife
Javier Abreu avanza con paso firme y seguro en el camino hacia la secretaría insular del PSOE de Tenerife, con el horizonte del congreso de los días 29 y 30 en Puerto de la Cruz. No obstante, sus confesos partidarios quedaron relegados al tercer lugar en la asamblea del jueves en Santa Cruz. Ganaron los afines al exsecretario general regional Juan Fernando López Aguilar, de la cuerda de Santiago Pérez.
La lista encabezada por Carmen Nieves Crespo recibió 52 votos, lo que se traduce en 11 delegados. La candidatura de Agustín Herrera, la de los denominados oficialistas críticos (de la línea de José Miguel Pérez, el máximo dirigente del PSC-PSOE), obtuvo 50 sufragios (cinco delegados), y la de Florentino (Tino) Guzmán -los críticos oficialistas (del sector de Javier Abreu)- logró 46 sufragios (cinco delegados).
Las normas establecen que la opción que saque más votos se lleva la mitad más uno de los delegados. Esta distribución no significa, sin embargo, que sean mayoría los representantes capitalinos que se oponen a la elección de Abreu. Es más, fuentes consultadas por este periódico sugieren todo lo contrario. Las candidaturas a la secretaría general deberán contar con el aval de al menos el 20% de los delegados al congreso insular y ninguna de ellas podrá superar el 30%.
Después de la convocatoria de La Laguna, donde Javier Abreu exhibió su poderío, la de Santa Cruz se presentaba con numerosas incógnitas y su desenlace anuda algunas dudas. De entrada, su escasa asistencia es el reflejo de un creciente desencanto entre las bases: solo 148 de los alrededor de 400 afiliados acudieron.
Así como, en La Laguna, Francisco Hernández Spínola promovió una alternativa en torno a Teófilo González, director general de Participación Ciudadana, en Santa Cruz ha hecho una doble apuesta. El consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad había depositado sus esperanzas en dos altos cargos: Agustín Herrera (abanderado de la gestora local) y Gloria Gutiérrez. De lo ocurrido hasta la fecha se deduce que la estrategia de Spínola “se ha ido al garete”.