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Amenazó con volar Las Moraditas

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Sólo un susto, pero de los gordos a primera hora de la noche del pasado martes. Una llamada alertó a las autoridades de que, lejos de aproximarse el fin de su jornada laboral, una amenaza procedente del popular barrio de Las Moraditas de Taco sembró de inquietud los espíritus al conocer que una mujer de unos 60 años de edad se había atrincherado en su vivienda y amenazaba con explotar unos artefactos que guardaba en la misma.

Cuando se supo que, tal y como desvelaba la mujer, los artefactos de los que disponía eran armamento militar que su hijo trajo de la guerra de Bosnia, la preocupación se elevó apreciablemente entre los pocos que supieron la noticia. Todo empezó pasadas las diez de la noche, y pronto hicieron acto de presencia en el barrio varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía.

Tras comprobar que la mujer no daba su brazo a torcer, pronto se comprobó que, efectivamente, tenía un hijo que había militado con el Ejército español en las labores humanitarias realizadas en Bosnia durante la llamada Guerra de los Balcanes, acaecida en los primeros años noventa.

Tras varias horas de negociación, los especialistas de la policía nacional lograron convencer a la mujer, que tuvo tiempo de explayarse y explicar los motivos personales por los que actuaba así. Mientras tanto, unidades adscritas a los conocidos Tédax (Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos) se desplegaron discretamente por el lugar hasta que al fin pudieron acceder a la vivienda, siempre según fuentes cercanas al caso cuyos datos fueron confirmados por vías extraoficiales.

Cuando la mujer depuso su actitud, los artificieros comprobaron que, tal y como había dicho, tenía en casa una granada de las que usaba por aquella época el Ejército español, aunque el artefacto apenas tenía ya capacidad explosiva.

Sea como fuere, durante la mañana de ayer hubo nuevo registro, éste más minucioso, de la casa en cuestión, con objeto de destacar la presencia de más armas de este tipo.

Por su parte, la mujer ha sido puesta a disposición de los facultativos con el fin de hacerle una valoración de su estado mental.

No es la primera vez que la crónica de sucesos se hace eco del paso del Ejército español por esta cruenta guerra que sacudió el corazón de Europa y que la clase política cataloga, al igual que otros servicios bélicos, como “misiones de paz”.

Además de las bajas allí registradas -incluido algún joven tinerfeño-, el caso más sonado seguramente es el de Alfredo Galán, más conocido como el asesino de la baraja, un criminal en serie que a primeros de siglo mató a seis personas en Madrid y lo intentó con otras tres con la pistola Tokarev que se trajo de la exYugoslavia.

Otro, más reciente, es José Bretón, ya acusado de asesinar a sus hijos cuyos restos quemó en una suerte de horno crematorio que aprendió a construir… en Bosnia.